- Bebé más líquido sin esperar o tener sed, sobre todo agua y jugos de fruta ligeramente fríos. No tomes bebidas calientes ni abuses de las bebidas alcohólicas.
- Climatización: Permanecé en un lugar fresco, en espacios ventilados o acondicionados. Durante el día, bajá las persianas y cerrá las ventanas. Abrirlas por la noche para ventilar.
- Refrescate frecuentemente. Evitá salir durante las horas centrales del día, entre las 12 y las 18 horas.
- Comé fresco y sano. Evitá comidas copiosas, coma verduras y frutas. Menos cantidad y más veces al día.
- Mayores: Ayudá a las personas que puedan estar en mayor riesgo de sufrir los efectos del calor, como niños, personas con discapacidad y personas mayores.
- Actividad física: Reducí la actividad física y nunca realices grandes esfuerzos. Cuando tengas que descansar hacelo a la sombra.
- Ropa y accesorios: Usá ropa de tejidos naturales, ligera y holgada. De colores claros, sombreros, lentes de sol y cremas protectoras solares.
Atención si tenés niños chicos o bebés.
Al tener un mecanismo de termorregulación aún inmaduro, la exposición a las altas temperaturas puede hacer que los niños pierdan líquido rápidamente provocando deshidratación o un golpe de calor. Para evitarlo, os recomendamos seguir los siguientes consejos.
En la medida de lo posible, evitar sacar al bebé en las horas centrales del día, entre las 11 y las 18 horas. En caso de no tener otra opción, siempre debe permanecer a la sombra, con una gorra y protector solar.
Hay que mantener al bebé bien hidratado ofreciendole agua más a menudo, incluso antes de que tenga sed. Cuando se siente sed, significa que el organismo ya acusa la falta líquido. Se recomienda dar zumos (preferiblemente naturales), agua o lácteos cada dos horas.
La hidratación también se proporciona a través de los alimentos, principalmente de la verdura y la fruta de temporada como la sandía, el melón, los melocotones, las ciruelas, etc.
En caso de bebés amamantandos, no es necesario ofrecerles agua aparte pues la leche materna calma su sed y contiene todo lo que el bebé necesita. Basta con ofrecerles el pecho más menudo.