//Por Bárbara Ardanaz
Patricia Rossomando - Pato, como la llaman sus amigos - tiene 37 años y una hija preadolescente. Como cualquier persona, podría dedicar su tiempo libre para quedarse cómodamente en su casa o simplemente disfrutar de no hacer nada. Sin embargo ella elige sacarle todos los días una sonrisa a un chico con una enfermedad terminal o mover cielo y tierra para conseguir una silla de ruedas.
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A diario se ve en las redes sociales y en los medios de comunicación la situación de chicos con discapacidades o diversas enfermedades, que necesitan ayuda para recibir un tratamiento adecuado, una costosa cirugía, remedios o prótesis importadas. Pato se acerca a estas familias necesitadas, las contiene emocionalmente y organiza eventos para recaudar los fondos necesarios.
Esta vocación es a pulmón. No recibe ayuda de empresas, fundaciones, o cualquier organización que pueda tener mayor facilidad de aportar dinero para una buena causa. Actualmente la acompañan dos personas en esta tarea y cientos de amigos que encontró en este camino y que están dispuestos a colaborar con su trabajo para brindar contención y cariño.
- ¿Cuándo comenzaste con la tarea de ayudar a los más necesitados?
- Desde toda la vida, pero desde hace 6 años comencé un negocio particular, me empezó a ir bien y aproveché a hacer esto que me gusta.
- Fuiste parte de otros grupos solidarios, ¿qué te llevó a abrirte y seguir tu propio camino?
- Me gusta trabajar con los chicos que tienen enfermedades y discapacidades y ayudar a las mamás en la contención. Toda ayuda es buena, pero a mí me gusta hacer eso.
- ¿Qué trabajo hacés con estos chicos?
- Arranqué yendo al hospital, teniendo relación con los pacientitos y las mamás y después en uno que otro caso que se necesitaba plata o cosas así, hacíamos eventos, bingos, entre otras cosas. Y así empecé. Después nos hemos inclinado a una comunidad de 25 de Mayo que también asistimos, a quienes les llevamos cosas y hacemos chocolates. Ahora estamos en la campaña de recolección de útiles escolares.
Me gusta más hacer eventos para recaudar fondos y trabajar con chicos enfermos, creo que necesitan una contención más profunda.
Hay un proyecto en el que estoy trabajando que es la cocina móvil. Es una Traffic ambientada con todo lo que necesita Federico, el cocinero que me acompaña. Hoy vamos a diferentes lugares en auto y se nos hace muy difícil porque llevamos muchas cosas. Por eso trabajamos en un lugar más amplio para poder darles mejores cosas a los chicos. Queremos ir a los mismos lugares y a otros nuevos, estacionarla como hace el camión del DNI y dejarla ahí varios días. De esta manera darles alimento y cariño.
Hay gente que me dice "le das alimento y listo", y no es así, porque en esto está implicada la educación. Un niño mal alimentado no puede estudiar ni desarrollarse bajo ninguna forma.
- ¿Cómo financiás tus campañas?
- Con mucho sacrificio porque no recibimos ayuda, de hecho me han propuesto muchos cargos a lo largo de estos años pero no los acepté, no porque me falte capacitación, sino porque no quiero. Humildemente, en mi opinión, creo que todos los políticos deberían empezar como yo o como mucha gente que se dedica a hacer esto, conociendo la necesidad, empatizando con la gente y así ser aptos para cumplir semejante cargo que les dan. Desde un concejal hasta un intendente, que son funciones bastante necesarias para lo que hacemos.
- ¿Creés que hacer caridad es una vocación?
- Creo que sí, igual hay gente que no nace con esa vocación y lo descubre con referentes. Me suele pasar que me dicen "tengo ganas de hacer, pero aportando sólo este poquito, qué cosa tan chiquita", y yo les digo que no se preocupen, que así se empieza y después te das cuenta que estás metida en un mundo que no parás más. Creo que sí, gran parte es la vocación, pero muchos ayudan desde las ganas que tengan.
- ¿Los sanjuaninos son solidarios?
- Muy solidarios, sino no podría estar sentada acá hablándote a vos. Soy un medio entre el que puede donar y el que lo necesita, nada más. Todos me dicen qué bueno lo que hacés, pero sin estas personas no podría hacerlo, es muy solidaria la gente.
- ¿Qué obstáculos te encontraste en este camino?
- Me dedico a una parte bastante brava en materia sentimental, entonces el primer obstáculo ha sido enfrentarme con mis propios miedos. También soy mamá y eso te hace empatizar con la madre, el niño y todo lo demás. Depende de cómo lo veas vos, es un obstáculo o algo que te acerca más a la gente. Ese obstáculo es el que tomé personalmente como peor o más grave. Hay muchos más, porque no toda la gente que parece buena lo es y te vas desilusionando, pero también así también vas marcando tu propio camino.
- ¿Qué te motiva a no bajar los brazos y seguir adelante?
- Se vuelve una manera de vida, lo vi muy representado en mi hija. Ella tiene 11 años, ha crecido en una vida solidaria como yo, el resto también contesta mal y hace las cosas que no tiene que hacer (risas). Pero veo que así como lo adoptó ella, también se contagia mucha gente grande, algo que es muy difícil de lograr. Llevo muchos años haciendo esto y no dejo de sorprenderme de la gente.
- ¿Cuáles fueron los casos más conmovedores en los que trabajaste?
- Hace poco falleció un niño y lo sentí igual que la primera vez. Vas adquiriendo otras herramientas para no permanecer en ese dolor y que te impida hacer las cosas, pero llegás a un grado de empatía con la mamá y la familia que resulta imposible no contagiarte de esa cosa fea. Pero después lográs amigas para toda la vida, como mamás de niños que no están y nenes que se han recuperado y están divinos. Son cosas de la vida.
- ¿Cómo actúan las personas que reciben ayuda?
- Hay gente que es muy agradecida y otras que lo toman como que es tu obligación. Entonces también tenés que saber diferenciar hasta dónde podés estar y eso cuesta muchísimo, pero lo aprendés y te quedás con la parte linda. Yo elijo quedarme con la parte linda.
- ¿Cuáles son los proyectos a futuro?
- ¡Estoy endemoniada con la cocina móvil! (risas). Necesitamos la personería jurídica y la cocina que se llamará Isaías, en honor a Isaías Andrada, un niño que llevo en el corazón, que supongo nos va a acompañar y traer suerte. Cuesta 12 mil pesos (la personería jurídica), necesito dejar de hacer eventos a beneficios para empezar a juntar plata para eso y una vez que se logre, queremos hacer un food truck y darle de comer a los chicos.
- ¿Qué le dirías a los sanjuaninos para que se animen a tender una mano al otro?
Prueben una vez, si no le gusta, ¡listo! Pero así como yo, hay un montón de gente que hace lo mismo y si no les caigo simpática pueden probar y buscar en Facebook a personas que se dedican a esto. Les aseguro que una vez que prueben, lo van a hacer una y mil veces más.
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