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La celebración más importante de los sanjuaninos llegó a su fin y ahora es el momento de analizar sus repercusiones y porqué esa fiesta no debe morir nunca. Su continuidad no está en juego; es una realización aceptada y está dentro de la idiosincrasia local; lo que sí debe discutirse es el factor de incidencia en la realidad socio-económico-cultural.

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En nuestra vida cotidiana, el festejo está reservado a los acontecimientos importantes. Dígase un cumpleaños; aniversario; colación o graduación. En mayor o menor medida, de acuerdo a nuestro presupuesto o posibilidades, nuestros festejos siempre están presentes, lo que puede variar es grandilocuencia del mismo. La Fiesta del Sol puede ubicarse en el mismo parangón. Una vez al año, tan solo una vez; un pedacito del presupuesto provincial va destinado al trabajo de nuestros artistas. Guionistas, bailarines, actores, artesanos, sonidistas, iluminadores, diseñadores de vestuario, escenógrafos y un tendal de operarios del ámbito artístico que esperan cada año la fiesta porque su realización significa, nada más ni menos que trabajo.

Ese es un objetivo que se logra con creces, a medida que ha pasado el tiempo, ese engranaje de trabajo fue creciendo y cada vez llega a más gente afortunadamente. Siempre será nuestra responsabilidad el ineludible y no negociable control para que llegue la inversión donde corresponda y dentro de parámetros presupuestados. Ahora bien; es importante decir que nuestra mirada no se puede detener solo en eso, la Fiesta del Sol debe ser un ámbito potenciador de negocios, de proyección económica y de debate de temas de incidencia nacional. Aquí juega un partido muy importante el sector privado.

El Estado paternalista que todo protege, todo subsidia y todo lo da; es un modelo perimido que ya no está en decadencia; definitivamente ya no existe. En el mundo esa forma de gobernar, no tiene ningún tipo de sustento. El Estado debe proteger los servicios esenciales, debe garantizar un estado de derecho y debe incentivar el desarrollo privado. En éste último; el incentivo no puede pasar por políticas de dádiva, debe el gobierno lograr crear condiciones que favorezcan al sector y que por sí mismo concreten su crecimiento. A su vez, las empresas y empresarios deben salir de su zona de confort y entender que ellos apostaron al riesgo para generar dividendos; por esa causa se convirtieron en empresa, eso es lo que los diferencia por ejemplo de un empleado público.

El formato de tres escenarios de la Fiesta del Sol lleva 11 años en San Juan; tiempo más que prudente para analizar lo que ocurrió en ésta década. Hoy tenemos una materia pendiente en ese segmento. El sector privado aún no muestra decisión férrea para que, con su aporte, la fiesta suba un escalón y se convierta en un espacio de negocios o de discusión de temas de la región. Si el Estado no lo hace, ellos brillan por su ausencia.

La IV Región de Coquimbo con sus autoridades han estado presentes en la fiesta convocados por el Gobierno y me pregunto... ¿cuántos empresarios mostraron interés en esas presencias? ¿Cuántos de ellos se presentaron y mostraron sus credenciales para potenciar futuros negocios que se abrirán, no les quepa dudas, con el Paso de Agua Negra? Cuántos dijeron: - Esta oportunidad no la pierdo, vinieron a mí, los tengo aquí y voy ganar tiempo! Saben cuántos lo hicieron... ninguno. Nadie lo aprovechó.

Tal vez esperan que el Gobierno les arme una carpeta, les diga que tendrán garantías de éxito con tal inversión y que además asuma los riesgos por si el asunto no sale. Es más, que el Gobierno les arme un pool de posibilidades y ellos analicen si es que les parece o no, y si no les gusta, le dirán seguramente... "Gobierno inoperante".

Estamos ante una oportunidad sin precedentes en la historia sanjuanina. El túnel de Agua Negra nos está dejando una posibilidad de crecimiento que si no aprovechamos, si no despertamos, va ocurrir algo muy sencillo. Lo aprovecharan otros. Serán inversiones de empresarios visionarios que harán lo que hicieron toda la vida, solo ver y anticiparse a lo que viene. Será doloroso entonces que el Estado haya hecho una inversión de 1200 millones de dólares para que solo la veamos pasar.

Cuando hay inversiones extranjeras, la plata se la lleva otro, la plata no se reinvierte en San Juan, por eso es importante estar preparados de modo tal que sea de provecho sanjuanino.

La Fiesta Nacional del Sol nos entrega una muy buena ocasión para despertar del letargo y estar a la altura de las circunstancias. Es momento de analizarlo, discutirlo y entenderlo. Ya sabemos que dentro de un año habrá una nueva edición de la fiesta, convengamos que si hay algo cierto es que la Fiesta del Sol no cae por sorpresa, dentro de un año... ¿volveremos a hablar de lo mismo?

María Silvia Martín

Jefa de prensa - Canal 8