La vitamina C presente en los cítricos estimula la producción de glóbulos blancos, clave para defender al organismo frente a infecciones virales o bacterianas. También mejora la absorción del hierro, ayuda a reducir el cansancio y protege las células del daño oxidativo.
Desde la Secretaría de Salud del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, se alienta el consumo de frutas de estación como parte de una alimentación equilibrada: “Consumir alimentos frescos y propios de cada estación mejora la calidad nutricional de la dieta, reduce costos y potencia los beneficios para la salud”, dicen
Un hábito que protege por dentro y por fuera
Más allá del sistema inmune, los cítricos también mejoran el tránsito intestinal gracias a su aporte de fibra soluble, contribuyendo a la hidratación del organismo por su alto contenido de agua y son una excelente opción para quienes buscan cuidar su peso, ya que tienen bajo contenido calórico y generan sensación de saciedad.
La doctora Laura González, especialista en nutrición y asesora de organismos sanitarios europeos, destaca: “La combinación de antioxidantes y compuestos bioactivos presentes en los cítricos puede reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares e inflamatorias”.
Incluirlos en la rutina diaria es simple: jugo de naranja natural para la mañana, mandarinas como colación, limón en infusiones o como condimento de ensaladas. Aprovechar la temporada no solo es un beneficio para el bolsillo, sino también una forma directa y natural de cuidar la salud.