"Lo más importante es que Argentina llegue al Mundial y estoy muy esperanzado. Siempre el próximo partido para uno es el más importante y la connotación de este lo hace aún más relevante. Tomé la posibilidad de dirigir al seleccionado y confío en los jugadores para ir al Mundial", amplió.
Esta apreciación abrió entonces un serio interrogante sobre si la formación última que utilizó hoy en Ezeiza consiste en una línea de cuatro o en realidad mantiene la de tres, aportando a un 3-3-3-1, que es la que más le gusta, con Marcos Acuña como volante y no como lateral por izquierda.
De conservar el 'Zurdo' de Casilda esa impronta, Argentina se pararía entonces frente a los peruanos, mañana a las 20.30, Sergio Romero; Gabriel Mercado, Javier Mascherano y Nicolás Otamendi; Leandro Paredes, Éver Banega y Marcos Acuña; Ángel Di María, Lionel Messi y Alejandro Gómez; Darío Benedetto.
De esta manera se invertirían las posiciones de Di María y Acuña, algo que no ocurrió en el debut oficial de Sampaoli frente a Uruguay en Montevideo, donde sí actuó como titular Paulo Dybala, a quien hoy el técnico se refirió especialmente.
"Respecto de Dybala, tenemos bien trabajada la apuesta por él. Ahora se está chocando en la posición con Messi, y como no contamos con mucho tiempo y estamos buscando contar con posibilidades en este partido, no podemos probar con riesgo de equivocarnos", refirió.
"El tema de la compatibilidad con Messi nos hace tener en cuenta un sistema para que todos cuenten con comodidad y evitar una anarquía. Todo gira mucho alrededor de él para que encuentre algo parecido a su actuación en el club", amplió.
Y refrendó el concepto al resaltar que "hay momentos en los que uno sabe que las relaciones dentro de la cancha llevan a formar sociedades y evitaremos ver a jugadores anárquicos. Lo que vimos entre Dybala y Messi nos llevó a inclinarnos por esto. Lo que buscamos es un funcionamiento y por medio de eso encontrar un sistema de juego. Queremos encajar relaciones en un sistema", especificó.
"Claro que en ese punto debemos admitir que Perú tiene ventaja por entrenarse desde hace más tiempo y por el proceso que lleva unos años. Además ellos vienen en alza y están consolidados y seguros ante una chance de ir al Mundial después de mucho tiempo. No creer qué hay diferencia en la preparación es mentirse", indicó.
"Por ejemplo esta tarde probamos a Banega y a Paredes juntos para ver cómo rendían. Si uno no tiene la posesión del balón y con el rival en su campo, podemos sufrir con ese medio campo de los peruanos. Por eso tendremos que estar bien parados, ya que la idea es proponer, como en los dos primeros partidos", anunció.
Esta afirmación robusteció la idea de la línea de tres que utilizó justamente frente a Uruguay y Venezuela, ya que el 'Zurdo' de Casilda no quiere arriar sus banderas justo ahora, en una instancia decisiva, aún a despecho de que su alter ego, Marcelo Bielsa, lo haya puesto un escalón por encima suyo al reconocer su pragmatismo a la hora de modificar esquemas de juego.
"Me llegan algunos comentarios pero me abstraigo, porque estoy convencido que vamos a estar en el Mundial y confío en los jugadores. Por ellos estoy acá. Vine a eso. Si no confiaba, no estaría acá. Y digan lo que digan, Messi necesita moverse en el campo como lo hace en Barcelona, porque estructurarlo sería una locura. Siempre está vinculado con el área y ponerlo lejos del arco sería un error", insistió.
"Y en cuanto a Mascherano, está porque muestra una gran jerarquía, y la jerarquía es importante en este tipo de partidos. Entiendo que es un estandarte en la selección argentina y se lo necesita dentro de la cancha en partidos como éste", puntualizó.
Finalmente Sampaoli se refirió al cambio de escenario para este partido y analizó que "los problemas del seleccionado no pasan por el estadio, pasan por otro lado. Cuando asumí aclaré que es mi responsabilidad y no pasa por ahí".
Para mañana 'La Doce' boquense estará 'adorando' por un rato a Messi en el mismo lugar en que hace más de tres décadas hizo lo propio con Diego Maradona: la Bombonera. La cancha de River que Sampaoli soñaba con pisar algún día fue un sueño cumplido que se transformó en pesadilla con el 1-1 ante Venezuela. Por eso buscará ser parte de la historia sin desviar por completo la mirada hacia el martes próximo, cuando en los 2.850 metros de altura de Quito busque ante Ecuador sellar el pasaporte a Rusia.