Así las cosas, los delincuentes que asalten con un arma o lleven una encima sin autorización serán sometidos al procedimiento de flagrancia. En la práctica, serán condenados o no en un juicio express que dura apenas unos días y no en un término de años como sucede hoy.
El proyecto está acordado con el Ejecutivo y el Poder Judicial y no es otra cosa que una señal clara de la administración del gobernador Sergio Uñac acerca de su política de persecución criminal. "No habrá tolerancia para los que usen un arma para cometer delitos", aseguró ayer el autor de la modificación al régimen actual.
Es prácticamente un hecho que la iniciativa se convertirá en ley. No sólo porque el oficialismo tiene amplia mayoría en el recinto de Libertador y Las Heras, sino porque el régimen de flagrancia ha dado sobradas muestras de sus beneficios y la oposición ha acostumbrado a acompañar la política de seguridad del Gobierno uñaquista.
Flagrancia se puso en funcionamiento el 9 de agosto, con cuatro juzgados. Desde entonces, a través de los juicios express, fueron condenados 129 delincuentes, de los cuales el 65,12 por ciento tenía antecedentes (84). De esa cantidad, 28 están cumpliendo la sentencia en el Penal de Chimbas, hay 50 que fueron liberados pero que irán presos sin reinciden y los otros 51 fueron castigados con tareas comunitarias (probation).
El sistema ha terminado con la conocida "puerta giratoria". Los delitos que se juzgan en flagrancia antes no tenían resolución en el régimen tradicional por ser considerados menores, los delincuentes acumulaban decenas de hechos (robo y hurto principalmente) y a las pocas horas de caer presos eran liberados por no tener antecedentes. Ahora, al tener una condena, o van presos al Servicio Penitenciario o el delito queda asentado en su planilla prontuarial bajo la amenaza de tener el mismo destino si cometen otro hecho.
Fuente: Estudio 8