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Las terribles historias de las víctimas en el Próvolo

Los sacerdotes Horacio Corbacho y Nicola Corradi fueron sentenciados a 45 y 42 años de prisión y al jardinero del instituto, Armando Gómez a 18 años de cárcel por abusar sexualmente de discapacitados hipoacúsicos, los testimonios no dejan de resonar.

En un día histórico para Mendoza, en el cual se condenó a los sacerdotes Horacio Corbacho y Nicola Corradi a 45 y 42 años de prisión y al jardinero del instituto Próvolo, Armando Gómez a 18 años de cárcel por abusar sexualmente de discapacitados hipoacúsicos, los testimonios no dejan de resonar.

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Basados en las entrevistas que la periodista de El Siete, Sofía Fernández hizo para un informe especial, Diario UNO rescató las historias de horror que sufireron las víctimas.


"A mi hija la ataban a una reja para vejarla"

Paola, una madre de una de las víctimas contó que su hija -hipoacúsica- concurrió al Instituto desde los 6 hasta los 14 años. La señora recordó que cuando la mandaron al médico forense rogaba para que le dijeran que no tenía ninguna lesión. Desgraciadamente le informaron que su niña había sido abusada en reiteradas ocasiones, que tenía lesiones antiguas y recientes. "Entonces salí a luchar. No sabía contra quién o quiénes".

Poco después la hija de Paola vio unas fotos en Canal 7 de cuatro personas implicadas en los abusos. "Empezó a señalármelos y a detallarme cómo la había abusado cada uno de ellos. En uno de los abusos, me dijo, que la ataron a las rejas. ¡A mi hija la ataron a una reja para vejarla!

"Nosotros creíamos que ese lugar era un castillo donde supuestamente nuestros hijos tenían todo. Y no era así. Sólo vivían horror" contó Paola.

"Los curas enseñaban a violar"

"Muchos sordos fueron abusados por muchísima gente. Quienes enseñaban a hacer eso eran los mismos curas, específicamente una persona: Nicola Corradi. Él enseñaba cómo los sordos debían abusarse entre ellos. Todo fue muy oscuro. Otras personas también me abusaron: dos oyentes y un sordo. Tres personas que eran como socios de los curas" contó otra víctima que prefirió el anonimato.

"Entrábamos en grupo a la habitación de Corbacho"

"Yo fui testigo de los abusos. Vi como los curas abusaban de mis compañeros y después los expulsaban", detalla otro relato anónimo.

"En grupo nos hacían entrar a la habitación de Corbacho. Él tenía computadoras, filmadoras y películas. Veíamos películas y nos grababa. Me tocaba y yo me asustaba. No entendía esa situación y sufría. Estábamos obligados a trabajar y no podíamos hablar lenguaje de señas, que era natural. Siempre nuestra comunicación fue en detrimento y no había intérpretes. Así nos tenían silenciados", explicó otra víctima.

"Corbacho me abusó y quedé muy mal"

Una exalumna del Próvolo narró que veía sufrir a sus compañeros y no entendía por qué. "Pasado un tiempo a mí también me abusaron. ¿Quién fue? Horacio Corbacho. Guardé ese secreto porque tenía mucha vergüenza, era imposible decir eso", detalló.

Con el tiempo su familia comenzó a preguntarle si había sido violada, cómo fue. "Ese secreto no lo pude contener más y lo tuve que empezar a contar. Así empezaron todos a contar la verdad. Yo vi cómo ellos vieron que a mí me abusaron. Y todos decimos la verdad, pero todos tuvimos que guardar un secreto".