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Las facetas y los momentos de cólera de Nahir durante el juicio

Los juegos con su cabello, el llanto, los gritos, las acusaciones y los detalles de la joven que fue condenada a prisión perpetua, este martes.

Desde el entorno de Nahir Galarza contaron que ella estuvo confiada, que basó su esperanza en la numerología, disciplina que aprendió en prisión, donde los números le dicen que "todo saldrá bien".

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De las 11 audiencias que duró el juicio, ella participó en nueve. Se la vio pasar por diferentes facetas de sus estados de ánimo: del llanto al grito, del "juego" con su pelo a la desesperación y de la tranquilidad al nerviosismo. En el medio le dijo "mentirosa" a la mamá de Fernando Pastorizzo cuando ésta declaraba, no se inmutó cuando la describieron como una asesina a sangre fría, amenazó con suicidarse si se viralizaba un video íntimo de ella y se quebró cada vez que se mencionaba los supuestos golpes que recibió por parte de Fernando.

El juicio que duró más de tres semanas y finalmente la condenaron a prisión perpetua; un hecho sin antecedentes en la historia de la criminología argentina.

El primer día la joven llegó con su rostro cubierto por una gorra oscura y "apretada" entre dos policías que la taparon de las cámaras de televisión. Sería la forma en la que ingresaría siempre a los tribunales de Gualeguaychú en el transcurrir de las jornadas.

Su pelo lacio, largo y rubio lo llevó siempre suelto y lo usó como escudo, cuando se ocultaba ante cada cámara fotográfica que intentaba retratarla. Las uñas bien prolijas y sus cambios de looks fueron también algunas de las críticas que más recibió en las redes sociales.

Los momentos más tensos que la tuvieron como protagonista fueron dos. El primero, cuando le dijo mentirosa a la mamá de Pastorizzo mientras declaraba que una vecina le había dicho cómo Nahir maltrataba a su hijo. No fue un grito, pero en el contexto de una sala silenciosa, su voz retumbó y provocó que los presentes depositaran sus miradas en ella. El segundo fue cuando, luego de que se pidiera al Tribunal que se mostrara un video íntimo entre Galarza y Pastorizzo, la estudiante de abogacía amenazó al fiscal con suicidarse si las imágenes salían a la luz: "Ustedes van a ser los responsables de que me suicide", le dijo.

Luego de aquel pedido desesperado, sus abogados afirmaron que la chica no estaba bien de ánimo y que no presenciaría ninguna audiencia más hasta que se conociera el veredicto. Pero su ausencia duró sólo dos jornadas.

Desde su círculo íntimo contaron que ella prefería estar ahí antes que encerrada en la celda de 2x4 metros en la que permanece, sin ventanas ni televisor. Sin siquiera compañeras de prisión, ya que es la única detenida en la Comisaría del Menor y la Mujer. Entre la soledad y la oscuridad prefirió la luz y el movimiento, y entonces reapareció.

En general se la vio tranquila y por momentos movía su pierna derecha con intensidad. Hubo quienes la acusaron de sonreír, pero los gestos se parecieron más a muecas de nerviosismo que a una sonrisa.

Las veces que se quebró fueron cuando se hablaba de la violencia que dice haber sufrido por parte de Fernando. Lloró en la primera jornada mientras se le leyó la declaratoria que hizo en la fiscalía días después del crimen, cuando se mostraron los mensajes de las conversaciones de WhatsApp, también en el momento que declaró una vecina y luego su mamá. Siempre relatos que la mostraban a ella como víctima.

Durante varios pasajes de las audiencias apoyó la cabeza en el hombro de su abogado, Horacio Dargainz, y algunos medios de comunicación se atrevieron a decir que los unía una relación que iba más allá de la de defensor y defendida. Algo que el propio letrado -enojado- descartó de raíz.

En todo el proceso la joven estuvo sola. Es que sus padres estaban citados a declarar y por eso no podían presenciar el juicio desde adentro de la sala. Lo hicieron recién el último día, cuando fue el turno de los alegatos de la defensa.