El hecho
La noche de la desaparición, la mujer salió a trabajar con su concubino, pero sólo regresó él a la casa que compartían y luego se esfumó y salió del país, convirtiéndose en el principal sospechoso de la desaparición de la mujer que finalmente fue un femicidio.
Según la denuncia que se radicó el jueves 22 en la fiscalía de San Martín, dos días antes, el martes 20 Gregoria Flores salió junto a su concubino José Llanos (28) a trabajar a una chacra. Antes de partir dejó a sus tres hijos, todos niños menores, al cuidado de una cuñada. La joven madre habría quedado viuda hace un par de años, y apenas unos meses antes había iniciado una relación con Llanos.
Lo que llamó la atención de sus familiares es que esa noche no volvió a buscar a los niños y al día siguiente nadie sabía nada de ella en la finca en la que vivían sobre la ruta 31, cercana al canal San Martín.
Un allegado a la mujer declaró que el miércoles 21, cerca de las 5, lo vio a Llanos caminar con una gran valija y tomarse un colectivo que presumiblemente lo llevaría a la terminal de ómnibus.
Con el pasar de las horas, los investigadores del Este confirmaron el nombre completo del sospechoso y su DNI y pidieron informes a Migraciones para saber si el hombre, oriundo de Bolivia podría haber dejado el país.
Luego de que la familia de la mujer acudiera a la policía e hiciera la denuncia que quedó en manos del fiscal Martín Scatareggi, los uniformados buscaron hablar con Llanos, ya que fue la última persona en ver a Flores, pero no lograron dar con el sujeto.
Es más, una prima aseguró que desde que Flores inició su relación con Llanos, el joven la fue alejando de su familia.