"Mátenme o me mato yo", gritó Ezequiel G. Estaba cercado por la policía, que lo había perseguido más de 40 kilómetros, tras robar una camioneta y emprender cerca de las 20 una huida alocada, en la que chocó a siete autos. Como la policía no hizo caso a su pedido el asaltante de 31 años sacó un cuchillo y se degolló.
Los policías no podían creer lo que veían. La historia comenzó al atardecer cuando Ezequiel G. tomó por la autopista que une Rosario con Santa Fe a bordo de un Volkswagen Bora. Iba a toda velocidad y esquivaba autos como si huyera de alguien, y a algunos los rozaba y chocaba para que le dejaron el carril libre.