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Caso del Luthier: imputarán al último detenido por un "crimen de odio" y otros dos agravantes

Antes de que finalice la semana, Juan José Menéndez será indagado por el juez, pero es posible que no hable. El otro imputado había declarado que sólo fue quien manejaba el auto que trasladó los elementos robados, pero que no estuvo en la escena.

/// Por María Eugenia Vega

Son 10 los detenidos por el crimen del luthier, Carlos Scalzotto (67), pero no todos fueron imputados. Uno de los que resta es el recientemente detenido en San Luis, Juan José Menéndez, quien habría participado de manera activa del asesinato a sangre fría del reparador de guitarras en su casa del barrio Lebenson. El joven que fue hallado en la vecina provincia está a la espera del llamado del juez Martín Heredia Zaldo, quien podría recibirlo en su despacho antes de que termine la semana para comunicarle su imputación: "Homicidio agravado por alevosía, con la participación de dos o más personas y por el odio al género" será la calificación provisoria, que podría cambiar en el transcurso del largo camino que aún queda por recorrer.

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Una vez que el magistrado le comunique de qué se lo acusa es posible que escuche una negativa de Menéndez a declarar su versión, hasta tanto no formule su coartada. Seguidamente, deberá someterse a la extracción de sangre para cotejar el ADN y compararlo con las pruebas que tiene en mano. Hasta el momento, hay una pista clave -que es parte del secreto de sumario- que los ubica en la escena de crimen a él y a su amigo Sosa, quien había negado rotundamente haber entrado a la casa de Scalzotto; de hecho hasta dijo que no lo conoce, que nunca en su vida lo vio y menos esa noche. La versión del imputado por la participación fundamental del asesinato había señalado que sólo acató orden sobre el destino de los elementos robados, es decir que sólo trasladó las guitarras y el televisor a la casa de los secuaces que se ocuparon de la venta de esos artefactos.

Si Menéndez dice lo contrario, el rollo se hará más grande y deberá ser destrabado por el juez con la evidencia en mano. Mientras tanto su idea está encaminada, aunque en medio de ese tránsito deberá escuchar también las voces de los demás implicados que son ocho.

Según se sospecha, estas dos personas llamaron a Scalzotto para avisarle que - una vez más- iban a visitarlo para disfrutar con él de una velada. No eran amantes ni tenían vinculaciones amorosas, pero eran "asiduos", por lo que en reiteradas oportunidades habían ingresado a esa vivienda y habían tenido sexo. Una vez en el interior de la vivienda tomaron unas copas con él y le propusieron tener relaciones, lo desnudaron y comenzar a atarlo con la excusa de practicar un juego sexual, pero no pasó. En ese momento, cuando la víctima cayó en la trampa, lo mataron.