El retroceso de la actividad estuvo fuertemente vinculado a la sequía de comienzos de año, que pegó en la cosecha gruesa de soja y en otros rubros agropecuarios. El sector de Agricultura y ganadería cayó 31,6% interanual.
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La industria manufacturera cayó 1,8% y el comercio mayorista y minorista retrocedió 1,6 por ciento, ambos empujados por la corrida cambiaria que se desató hacia fines de abril y la suba de la inflación. La actividad en restaurantes y hoteles también cayó: 0,4 por ciento.
Del otro lado, la construcción mostró en el segundo semestre un crecimiento del 5,5%, con una desaceleración de los niveles previos pero todavía en terreno positivo. Y la explotación de minas y canteras avanzó 4,5%. El sector electricidad, gas y agua creció 2 por ciento.
La intermediación financiera trepó 8,7% en el segundo trimestre, mientras que la actividad en inmobiliarias subió 3,8%, todavía al ritmo de los créditos hipotecarios UVA en niveles récord.
El Gobierno espera que la caída de la actividad económica se profundice durante el tercer y cuarto trimestre, por efecto de la corrida cambiaria. El proyecto de Ley de Presupuesto 2019 consignó una caída en la actividad esperada del 2,4 por ciento anual.
Fuente: TN