La víctima, Lautaro Insúa, dijo que eran cuatro rugbiers pero que solo dos lo golpearon, le quebraron el tabique y le produjeron daño ocular. “Para ellos fue normal el ataque. Ya lo hicieron. Después de golpearme se fueron a otra fiesta. No quiero compararlo con Báez Sosa, pero la diferencia es que estoy vivo”, dijo el joven en Radio Nacional Córdoba.
Lautaro expresó que el encuentro en el barrio privado fue después de la fiesta de egresado, y que cerca de las 3 de la madrugada alguien los autorizó a pasar. "Quiero aclarar que de los cuatro, dos fueron los que me golpearon. Nos decían que no se querían ir. Estos chicos eran muy grandotes. Cada golpe que me dieron resultó en una fractura", aclaró .
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El abogado patrocinante de la familia de Lautaro, Carlos Nayi, expresó que el joven fue "brutalmente agredido por cuatro rugbiers" que procuraban ingresar a una cena de despedida de curso sin consentimiento de los organizadores.
"Bastó que le pidieran que se retiraran del lugar para que reaccionaran violentamente y agredieran a Lautaro. Le quebraron el tabique y afectaron la zona ocular. El joven pide la detención de los rugbiers que actuaron como patota y le generaron graves daños a la salud y riesgo permanente en un órgano. Además, quiere ser admitido como querellante particular", dijo Nayi.
Por su parte, el padre del adolescente contó que "los padres de los jóvenes agresores, son reconocidos dentro del club del Tala. Uno de ellos es vocal dentro de la comisión del club".