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El pedido de recorte del FMI complica a gobernadores con baja recaudación propia

Jujuy, Salta, Misiones y La Rioja serían las más dañadas por la poda fiscal.


Las transferencias corrientes a las provincias que buscará recortar el Gobierno nacional desde este año representan para algunas gobernaciones, que tienen menor capacidad recaudatoria, hasta el 16% de sus ingresos. En términos reales, ese giro de fondos disminuirá en los próximos años 74%, equivalente a 0,6% del producto bruto. El impacto del ajuste de esos envíos podría ser morigerado por un mayor ritmo de coparticipación, algo que tiene lugar desde hace meses.

De acuerdo a datos oficiales, el grado de dependencia de las provincias hacia los fondos nacionales aumenta en la medida en que tienen una menor generación de recursos propios. La suma total de giros de la Casa Rosada a provincias (descartando a los automáticos de coparticipación), alcanzó los 135.000 millones de pesos. En comparación con los ingresos totales, se refleja que en algunos casos ese dinero equivale hasta el 16,3% de la recaudación, como en el caso de Jujuy, que recibió el año pasado 4.784 millones de pesos mientras sus ingresos totales superaron los 29.000 millones.

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Más atrás, con niveles de peso de esas transferencias en sus presupuestos superiores al 10% de la recaudación se encuentran Salta (11,3% de sus ingresos) y Misiones (10,7% del total). Las transferencias corrientes a Buenos Aires fueron en 2017 de 64.000 millones (casi la mitad del total), un 12% de sus ingresos, aunque el ritmo de estos envíos corrientes a la provincia que gobierna María Eugenia Vidal fue alto durante los últimos dos años como compensación por los fondos que no recibió por el tope al Fondo del Conurbano bonaerense. Este año, ya con el Consenso Fiscal firmado, estos envíos tenderán a disminuirse, de acuerdo a lo presupuestado.

Las transferencias corrientes son utilizadas por los gobernadores principalmente para gastos en educación, salud y seguridad social. Los mandatarios provinciales opositores se manifestaron en términos generales favorables al acuerdo con el organismo financiero aunque plantearon objeciones respecto a sus efectos sociales. El entrerriano Gustavo Bordet dijo que espera "responsabilidad para dar garantías de que el Gobierno pueda cumplir con un cometido de financiamiento" y que "si el FMI presenta una tasa razonable de entre el 4 y el 5%, desde el punto de vista financiero es bueno". Por su parte el sanjuanino Sergio Uñac, dijo que "si el Gobierno nacional estima que es necesario el acuerdo con el FMI, hay que creer que así lo es", señaló. El chaqueño Domingo Peppo, en tanto, planteó que el debate estará centrado en el Presupuesto 2019: "No conocemos en detalle, pero sabemos que vamos a tener que trabajar mucho en el Presupuesto 2019, que hay un compromiso de hacerlo juntos. Mi compromiso es acompañar estas herramientas".

El ajuste más pronunciado sobre las transferencias corrientes a provincias tendrá lugar el año que viene, cuando se espera que disminuyan en un 0,3% del producto bruto. Como prenda de negociación, la Casa Rosada podrá mostrar un dato que favorece a los mandatarios: el ritmo de la coparticipación está aumentando por encima de la inflación desde hace varios meses, lo que les daría margen para afrontar los nuevos gastos.