En medio del escándalo por los supuestos abusos sexuales en el instituto Próvolo de Mendoza, un cura de la localidad de San Martín aprovechó, la semana pasada, una homilía para defender a la monja Kumiko y para pedir prudencia a la hora de acusar.
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En medio del escándalo por los supuestos abusos sexuales en el instituto Próvolo de Mendoza, un cura de la localidad de San Martín aprovechó, la semana pasada, una homilía para defender a la monja Kumiko y para pedir prudencia a la hora de acusar.
"Yo hice un comentario invitando a la prudencia, porque se presume la inocencia de una persona hasta que se demuestre que es culpable", explicó el sacerdote Mariano Carrizo, de la iglesia Nuestra Señora del Líbano.
Según el cura, tras sus palabras "no hubo reacción negativa, no es que la gente se fue" y agregó: "A veces se culpabiliza a la gente sin dar la posibilidad de juicio".
Carrizo, a través de actividades eclesiásticas, la conoce a la monja que está detenida y que la semana pasada aseguró que los denunciantes están fabulando a la hora de declarar.
"Me cuesta muchísimo creer las acusaciones sobre ella, me parece que se culpa demasiado rápido", señaló el sacerdote, que aseguró que reza por las víctimas y que desde la Iglesia no pretenden lavarse las manos. "Si hay algo real hay que llegar hasta las últimas consecuencias", aseveró.
En cuanto a Kumiko, Carrizo dijo que se trata de "una mujer muy sensible, estaba muy contenta con su tarea ahí, es muy entregada, muy sencilla", adujo.
El encubrimiento eclesiástico
Carrizo, más allá de su defensa de Kumiko, condenó los abusos sexuales y aseguró que la Iglesia no los encubre. "Desde Benedicto hay una ley de tolerancia cero, ya no hay traslados", y agregó que "un tema de un abuso es algo muy grave y no se puede simplemente trasladar a la persona de lugar".