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Bariloche: aumentarán los controles por alcohol, abusos y violencia en los viajes

Cerca de 150 mil egresados llegan cada año a la ciudad del Sur para vivir sus últimos días como estudiantes de secundaria. Buscan evitar excesos, relaciones violentas y situaciones abusivas.

Los chicos quieren terminar el secundario de fiesta y sus padres se preocupan y exigen que estén cubiertos ante cualquier situación. Las autoridades y empresarios turísticos de Bariloche, el destino más elegido por los jóvenes, conocen bien la atención que merece el mercado del turismo estudiantil. Por eso, este año adelantaron a Infobae que intensificarán los controles y sumarán medidas de prevención que consoliden un paradigma de viaje de egresados sin excesos con el alcohol ni situaciones de abusos y violencia.

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La ciudad rionegrina recibe alrededor de 150 mil egresados al año y, según afirman voceros del sector, es la más preparada del país para este tipo de celebraciones. Hace más de diez años, organismos gubernamentales, agencias de viajes, hoteleros y empresarios de las discotecas pusieron el foco en levantar la imagen de la ciudad, terminar con los desmanes y ordenar con reglas claras el circuito hotelero, sus recorridos turísticos y la infraestructura de la noche.

"Para garantizar diversión sin riesgos, cada temporada renovamos ese compromiso", aseguró a Infobae, Néstor Denoya, vicepresidente de EMPROTUR, el Ente Mixto (estatal y privado) de Promoción Turística de Bariloche, y de ATEBA, la Asociación de Turismo Estudiantil de Bariloche.

Los primeros grupos estudiantiles arribarán en junio. Para entonces, anuncian que se harán más inspecciones para mejorar la seguridad de la ciudad y controlar la venta y el consumo de alcohol. Y también impulsarán acciones para prevenir casos de discriminación, noviazgos violentos y abusos, a partir de la implementación del Código de Conducta Nacional para la Protección de Niñ@s y Adolescentes en Viajes y Turismo, impulsado por el defensor del Turista de la Ciudad de Buenos Aires, José Palmiotti, y al que adhirió la Defensoría del Pueblo de Bariloche.

"Queremos que Bariloche sea un destino cuidado para todos los jóvenes", dijo a Infobae la defensora del Pueblo de esa ciudad, Beatriz Oñate. "Capacitamos a coordinadores, hoteleros, choferes y demás trabajadores de servicios turísticos, y armamos una red, que incluye desde la Fiscalía y hospitales públicos hasta asociaciones de turismo, para prevenir e intervenir, de acuerdo con un protocolo, en casos de noviazgos violentos, discriminación por género y también abusos sexuales y trata de personas".

En los viajes de egresados, el alcohol y los excesos son las mayores preocupaciones de los padres. Gladys Quesada, directora de fiscalización turística de Bariloche explicó a Infobae en qué consisten los controles que se realizan en los micros: "Para evitar el ingreso de bebidas alcohólicas, drogas o pirotecnia, los transportes que traen estudiantes son inspeccionados en una parada obligatoria en la entrada a la ciudad por personal de Gendarmería Nacional, Policía de la provincia de Río Negro e inspectores municipales".

También se controlan las habitaciones de los hoteles, principalmente en busca de bebidas alcohólicas, cuya venta está prohibida a menores de 18 años. "Al ingresar al hotel, los padres o mayores acompañantes de cada grupo tienen que firmar una autorización; si se niegan, el municipio puede acudir a la Justicia para que avale la inspección. Los inspectores visitan sorpresivamente el hotel y la bebida que se encuentra se incauta", informó Quesada. Y agregó que cada año la municipalidad exige que los hoteles se inscriban en el Registro de Alojamiento de Grupos Estudiantiles.

Además, resaltó que Bariloche cambió mucho en relación con los viajes de egresados que se hacían 20 o 30 años atrás: "Se implementaron mecanismos para evitar que los estudiantes deambulen por las calles de la ciudad. Los chicos almuerzan y cenan en el hotel, no van caminando al restaurante como antes; a las discotecas llegan en combi y en las excursiones en los cerros hay una ambulancia fija en el parador", enumeró.

La funcionaria, que tiene más de 15 años de trayectoria en la temática, aseguró que hay algunos casos en que los padres acompañantes, con argumentos como "igual van a tomar", "prefiero saber qué consumen" o "en las discos son carísimas", facilitan la compra de bebidas alcohólicas a los estudiantes. "Por eso, este año estamos trabajando en conjunto con Turismo de la Nación para establecer la responsabilidad de los padres que viajan a Bariloche", anticipó.

En ese sentido, desde la Dirección Nacional de Agencias de Viajes del Ministerio de Turismo, adelantaron a Infobae que están elaborando una nueva resolución que incorpore la figura "padre responsable" en lugar de "acompañante", el rol que debe cumplir y las facultades de la agencia de viajes ante un eventual incumplimiento. En los hoteles, además, los desmanes salen caros. Para hacer frente a posibles daños y roturas que realicen los chicos, se pide un depósito que arranca en los 4.000 pesos por estudiante y se devuelve al final del viaje si es que todo quedó igual que al llegar.

Los controles en las discotecas

"Los chicos no llegan a las 2 o 3 de la mañana como están acostumbrados en sus lugares de origen. A más tardar a las 0.30 todos deben estar dentro de las discotecas", detalló Denoya, vicepresidente de EMPROTUR y ATEBA. "Ingresan con cintas identificatorias, en grupo y con el coordinador, y reciben un ticket para una bebida sin alcohol. En las discos se venden bebidas alcohólicas a mayores de 18 años, pero como los precios son elevados, son muy pocos los que consumen algo. La salida está programada para las 5.30 como máximo y también se hace con el mismo control".

En las empresas que venden viajes estudiantiles aplican algo que puede aparecer en los contratos: códigos de convivencia. Los contratos establecen, además, que la empresa se reserva el derecho de expulsar del viaje al pasajero "cuya conducta, estado de salud u otras razones provoque peligro o cause molestias al resto del grupo o pueda malograr el desarrollo del viaje". Regresa a su ciudad junto a personal de la empresa y no tiene derecho a reclamar por los servicios contratados que no recibió.

Denoya, que lleva más de dos décadas en el rubro turismo estudiantil, destacó que las discos de Bariloche están certificadas con normas de seguridad internacionales. Y que en ellas no existe la figura del patovica, ya que la seguridad la realizan policías de civil, y tienen un registro con la identidad, el grupo y el hotel donde se aloja cada chico que ingresa en la disco.

La tecnología contribuyó a aumentar la seguridad de los chicos en los viajes. "Al ingresar al hotel a cada chico le colocan una pulsera con un chip que tiene sus datos y ficha médica, y que permite hacer un seguimiento de sus ingresos y salidas del hotel o la disco", describió Gustavo Etchenausse, gerente de la agencia de viajes Flechabus, que comercializa paquetes a Bariloche y Camboriú.

El recurso de la pulsera también se utiliza en los hoteles de Brasil y del Caribe, que en general son grandes complejos con todos los servicios incluidos. En la puerta de las escuelas secundarias, en tanto, ya arrancó la venta. Un viaje al ícono nacional de la nieve va de 37.000 a 47.000 pesos, según el tipo de transporte (micro o avión), la cantidad de noches, excursiones y discos. A diferencia del año pasado, con el dólar más alto y elevada inflación, ahora Bariloche no cuesta más caro que el Caribe y sigue siendo por lejos el destino más elegido. Dicen en las agencias que el costo es similar a un viaje a Camboriú. Porto Seguro, también en Brasil, cuesta un poco más: 49.000 pesos (cerca de 2.500 dólares); los viajes en crucero más aún: 2.700 dólares, y al Caribe trepan a 3.000 dólares.