A mediados de marzo, Nahir Galarza, condenada a prisión perpetua por el asesinato de su novio Fernando Pastorizzo, denunció que una interna, Ludmila Soto, había abusado sexualmente de ella y por eso pidió que la trasladen de pabellón.
"Una compañera me contó que cuando me bañaba, esta chica se subía a una silla para espiarme y verme desnuda, porque el baño no tenía techo. Y que a veces me miraba por una mirilla. Una vez me manoseó", denunció Nahir según se conoció. También dijo que en la cárcel de mujeres de Paraná le desapareció ropa interior.
La denuncia fue hecha el 14 de marzo y desde el 5 de junio el fiscal Pablo Zoff avanza en las declaraciones testimoniales de otras internas del pabellón, que definirán la credibilidad de Nahir.
Y entre todas las citadas a declarar, hay dos conocidas presidiarias: Yanina Soledad Lescano y Griselda Noemí Bordeira. Yanina es la madrastra de Nahiara, la niña paranaense de dos años torturada y asesinada en un complejo contexto de la comunidad gitana; en tanto, Griselda Bordeira es la ex funcionaria municipal implicada en la Causa Celis-Varisco.
Ambos testimonios forman parte de la lista que el fiscal cuenta para conocer detalles de lo que habría sucedido en el mismo pabellón de la cárcel de mujeres de Paraná. La Justicia intenta reunir pruebas para saber si la acusación de Nahir contra Ludmila Soto por supuestos abusos sexuales es verídica y, en ese caso, efectivizarían su traslado.
"Me llevo bien con todas. En mi pabellón por ahí hay problemas de convivencia, pero son normales", contó Nahir Galarza en una declaración televisiva en marzo. Luego dijo que pidió que la cambiaran de pabellón, por una compañera que "es lesbiana, es funcionaria, policía".
"Durante mucho tiempo estuvo atrás mío, se me tiraba. Al principio yo pensé que estábamos jodiendo porque teníamos una muy buena relación de amigas, hacíamos todo juntas. Estamos en el mismo pabellón. Después ella se empezó a confundir y yo le aclaré que estaba todo bien, me encantaba ser su amiga, pero que a mí me gustan los chicos. Entonces se enojó y se cortó la relación".
Enemigas íntimas
Soto escribió en marzo: "Temo por mi integridad física, ya que en reiteradas ocasiones, cuando aún mantenía relación de compañerismo, Galarza me mencionó la intención de atentar contra la humanidad de Bordeira. Que iba a ahorcarla con una toalla una de esas noches, y que tenía varias alternativas para terminar con la vida de Bordeira, pero temo por sobre todas las cosas que la interna se autolesione, ya que en más de una oportunidad mencionó su intención de golpearse por consejo de su padre y responsabilizar a Bordeira, ya que habían tomado conocimiento de la denuncia en su contra. Hoy tras la medida de restricción me genera una preocupación extrema que lo lleve a la práctica y me responsabilice. Además cuando existía una relación de compañerismo me dijo que con su padre tenía un plan de fuga".
Soto dijo además que por las noches, Nahir deambula en forma extraña. "Se para en la oscuridad y nos mira fijo. A veces se sube a un mueble y no deja de observarnos".
""Todo es falso. ¿Ahora resulta que soy un fantasma maldito? Falta que llamen al exorcista. Pero me aconsejaron que no les siga el juego de provocación, porque mientras yo estudio, leo o escribo ellas no hacen nada y me molestan", comentó.
En noviembre de 2018, Nahir vivió un entredicho con Bordeira, la ex sargento de policía. Según trascendió, Nahir escuchaba música en sus auriculares cuando sintió que Bordeira la criticaba. Discutieron y la relación quedó tensa. Bordeira comenzó a llamar a los medios para decir que Nahir la había amenazado. La joven siempre lo desmintió y acusó a su rival de mentirosa y de buscar fama."Todo el tiempo me siento observada y juzgada", dijo.
Ludmila Soto era policía y está acusada por privación ilegítima de la libertad con abuso funcional, vejaciones en acto de servicio y apremios ilegales. Se sospecha que junto a otros ocho policíasdetuvieron ilegalmente a nueve jóvenes en 2012 y les practicaron un simulacro de fusilamiento en un descampado, frente a un pelotón.
Era amiga de Nahir. Pero algo pasó en el medio. Para Nahir, fue un abuso. Para Soto, una amenaza de muerte. ¿Quién dice la verdad?
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