Gritos pidiendo silencio, el ruido de las sirenas y oleadas de polvareda se entremezclan en las calles de la Ciudad de México, donde la incertidumbre reina en los numerosos rescates desencadenados tras el fuerte terremoto de magnitud 7,1 en la escala de Ritchter que ya ha dejado al menos 217 muertos en el país, 86 de ellos en la capital. El gobierno decretó tres días de luto nacional.
Los equipos de emergencia han solicitado a la población la donación de mazos, motosierras, brocas de barrenado y serruchos para continuar con la remoción de escombros, así como de radios para mantener la comunicación entre los rescatistas.
Los equipos de emergencia han solicitado a la población la donación de mazos, motosierras, brocas de barrenado y serruchos para continuar con la remoción de escombros, así como de radios para mantener la comunicación entre los rescatistas.
En la zona de Lindavista, los trabajadores luchan para rescatar a seis personas que quedaron atrapadas en un edificio donde se desplomaron tres pisos de la estructura, luego de escuchar signos de vida al interior.