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Para constatar lo que estaba viendo con sus propios ojos, el ruso entró en Internet y encontró varios anuncios de contenido sexual publicados por su mujer, actividad que él completamente desconocía.
Tras confirmar esta situación, al día siguiente, el hombre se acercó a los juzgados para solicitar el divorcio y la tenencia de la hija que tenían ambos. La justicia apoyó al ex marido e incluso se planteó la posibilidad de que la madre tenga prohibido ver a la niña.
La mujer argumentó que el esposo le "prometió montañas de oro" y agregó "si el marido no trae bastante dinero a casa, entonces debe estar sentado callado". Aclaró que ella nunca alcanzó el nivel de bienestar que buscaba cuando se casó, hace ocho años.
Fuente: crónica.com.ar