Entre otros objetos encontrados en la fábrica, las autoridades hallaron 75 trajes de baño infantiles, máscaras, juguetes, bicicletas pequeñas, así como tres armas de fuego y municiones sin licencia, y sustancias químicas posiblemente utilizadas para inducir la pérdida de la conciencia, como cloroformo y éter.
Las investigaciones también han puesto atención en los movimientos pasados del sospechoso en la región portuguesa del Algarve, donde Madeleine fue vista por última vez. Un dispositivo de navegación por satélite rastreó ubicaciones que frecuentaba Brueckner, incluidas zonas cercanas a la presa de Arade, ubicada a unos 56 kilómetros de Praia da Luz. Fotografías encontradas muestran al hombre posando en esa área, una de ellas destacándose por lo perturbador de su contenido: aparece desnudo con una máscara dibujada a mano sobre su rostro.
En 2023, la policía llevó a cabo un registro exhaustivo en las cercanías de esta presa, extrayendo muestras que fueron enviadas a Alemania para su análisis. Sin embargo, no se han reportado resultados concluyentes que unan directamente este hallazgo con la desaparición de Madeleine McCann.
Un dato relevante en esta investigación proviene de un documento en poder de las autoridades que conecta a Brueckner con un presunto comentario sobre el caso. Se trata de una reclamación de seguro vinculada a un incidente ocurrido en marzo de 2008 en la localidad de Órgiva, España, donde el hombre habría hecho una declaración incriminatoria durante un evento. Helge Busching, un informante que compartió tiempo con Brueckner en un festival de esa época, aseguró al periódico alemán Bild que durante aquella ocasión el sospechoso le dijo: “Sí, no gritó”. Estas palabras han sido interpretadas como una referencia directa a Madeleine.
No obstante, Brueckner ha desestimado este testimonio y otros similares desde prisión, donde cumple una condena de siete años por una violación cometida en el Algarve en 2005. En una carta publicada por el Mail, el acusado calificó las declaraciones de Busching como “indignas de comentario”.
Mientras tanto, el caso continúa generando importantes inversiones económicas. La Operación Grange, el equipo de la Policía Metropolitana del Reino Unido encargado de investigar la desaparición de Madeleine, ha recibido a lo largo de los años cerca de 13,5 millones de libras esterlinas para esta labor. En su más reciente asignación presupuestaria, el Ministerio del Interior aprobó 108.000 libras adicionales en abril de este año, aunque esto representa un recorte del 44% respecto al año anterior. El monto destinado ha provocado cuestionamientos sobre la sostenibilidad de los esfuerzos, considerando la falta de arrestos o imputaciones definitivas.
A pesar de las especulaciones, los padres de Madeleine, Kate y Gerry McCann, continúan buscando respuestas. En una carta enviada por el fiscal Wolters, se les informó sobre las pruebas recolectadas por la policía alemana que supuestamente confirman la muerte de la niña, aunque los detalles precisos no han sido compartidos por las autoridades.
Conservando un bajo perfil mediático, los McCann observaron el mes pasado dos fechas significativas en el calendario: el 18.º aniversario de la desaparición de Madeleine y su cumpleaños 22. Aunque todavía no hay un cierre para el caso, tanto las autoridades británicas como alemanas aseguran que las investigaciones continúan activas.