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Nicolás Maduro juró como presidente ante el Tribunal Supremo de Justicia

El líder chavista comenzó otro período de seis años, considerado ilegítimo por gran parte de la comunidad internacional, con un país en ruina y cada vez más aislado.

En medio de una crisis total que tiene a los hospitales sin medicamentos, a los supermercados desabastecidos, al pueblo sin esperanza y a la inflación en niveles record, el mandatario reiteró su determinación de defender la independencia y soberanía para que nadie les arrebate "el sueño bolivariano".

"Juro que cumpliré y haré cumplir todos los postulados y mandatos de la Constitución para procurar defender la independencia absoluta de la patria, llevar a la prosperidad económica a nuestro pueblo y construir el socialismo del siglo XXI", declaró Maduro tras recordar al prócer Simón Bolívar y al fallecido presidente Hugo Chávez.

Luego de nombrar a los representantes de las delegaciones que participan de acto, de agradecerles su presencia, de destacar que son "más de 94 países que respetan a Venezuela, la soberanía del pueblo", Maduro advirtió que "otro mundo es posible", explicó las razones por las que no está en el Parlamento y justificó que el cambio está en la Constitución.

"Aquí estoy. He cumplido con la Constitución. Desde hoy asumo la presidencia de la república. Aquí estoy, listo, de pie, para democráticamente llevar las riendas de nuestra patria hacia un destino superior. Hemos cumplido y seguiremos cumpliendo con la constitución, la democracia y nuestro pueblo", dijo Maduro e insistió con que los problemas que tiene su país se deben al ataque internacional comandado por Estados Unidos, una "guerra mundial" como la calificó.

"Este acto es un acto de paz, porque todo acto que certifique y haga cumplir el espíritu de la constitución suma al conjunto de fuerzas institucionales, políticas y espirituales de paz para nuestra patria. Nos queda fuerza para muchos años, energía, salud", advirtió el presidente.

Seis años después de iniciar su primera gestión tras los sobresaltos que generó el fallecimiento de su antecesor y padrino político, el mandatario renueva su mandato hasta 2025 con una creciente presión internacional.

Maduro, un exchofer de colectivos y dirigente sindical de 56 años, llegó al Tribunal Supremo de Justicia pasado el mediodía y junto a su esposa, Cilia Flores, para asumir, en un hecho inédito y en abierto desafío a la Asamblea Nacional, controlada por la oposición, que se negó a darle el mando alegando que su reelección es ilegal y que lo considera un "usurpador" del Poder Ejecutivo.

Mientras la mayoría de sus vecinos de la región -entre ellos, la Argentina- y la Unión Europea no reconocen su reelección, Rusia, China, Turquía, Irán, Cuba y Bolivia manifestaron su apoyo al líder bolivariano.

Maduro rechaza que se lo catalogue como un dictador y desacredita los cuestionamientos que hacen los opositores y la comunidad internacional al proceso electoral del 20 de mayo en el que alcanzó la reelección. "Tenemos una legitimidad poderosa, histórica, pero además tenemos una legitimidad concreta de votos", señaló hace unas horas. "Tenemos una democracia fuerte", agregó y anunció que durante su segundo mandato se concentrará en "impulsar los cambios que le hacen falta a Venezuela" para alcanzar la prosperidad económica, aunque no ofreció detalles.