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Cuidado: 8 frases que pueden acomplejar y dañar a tus hijos

En el crecimiento del niño, el cerebro se ve sometido a ciertos estímulos a lo largo del proceso, algunos son positivos, otros los marcara de manera negativa para siempre.

Como padres hay ciertas frases que debemos erradicar, en el proceso de educación del menor.

 

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1.-Compararnos con ellos.

 

La frase de “Cuando yo tenía tu edad, no me daba miedo la bici” o “Cuando yo tenía tu edad era mejor en la escuela”, solo crearás una atmósfera de inseguridad en el pequeño, le fincarás las barreras que no lo dejarán relacionarse por el mismo, y no podrá disfrutar sus logros propios pues siempre estará pensando si lo hizo bien o si tú lo hiciste mejor a su edad.

 

2.-Ponerles apodos y omitir su nombre.

 

Cuando les llamas, osito, cosita, rey, muñequita… etc. Le creas una confusión en su interior. Aunque los padres jamás lo hacen con mala intención, el siempre llamar a tu hijo por su apodo, restará cierta importancia de la identidad que está forjando.

 

No quiero decir que jamás llames de manera cariñosa a tu hijo, pero ten cuidado de no hacerlos siempre, en todas partes, pues es como si le quitaras un pedazo de sí mismo, por eso tiene un nombre, mismo con el que reacciona al resto del mundo

 

3.-Comparaciones denigrantes.

 

Cuando el pequeño ya está en el ambiente de la educación, con el afán de impulsarlo a ser mejor, a los padres les resulta conveniente hacer comparaciones, pero para ellos puede ser muy hiriente, y en lugar de impulsarlos, solo logras que su ánimo decaiga y se sienta incapaz de hacerlo mejor la próxima vez.

 

Entonces el decir, “Mira, Karen tuvo 10 en su actividad y tú solo 8”, de ninguna manera lograrás alentarlo, solo harás que se deprima y no pueda hacer nada mejor y evite el esfuerzo.

 

4.-Poner en riesgo tus sentimientos hacia él.

 

Cuando los niños son muy inquietos, generalmente pasa que los padres ya no sabemos cómo controlarlos, y el primer recurso que tenemos es el decir… “si sigues haciendo eso, YA NO TE VOY A QUERER”,  de nueva cuenta estamos atentando contra la personalidad normal del pequeño, pues al decir eso, siente miedo por perder el cariño de sus personas más importante y dejará de comportarse como él, y empezará a tomar actitudes ajenas, para adivinar que comportamiento quieren los padre, simplemente él poco a poco dejará de existir.

 

5.-Hacerles sentir que los niños avergüenzan a los padres.

 

Cuando el niño recibe del padre la frase, “No me avergüences”, el niño pensará que lo que hace es un error, cuando se le dé una actividad, por muy sencilla que sea como exponer un tema que domina completamente ante la clase, hará que el niño no sepa qué hacer con la atención que está recibiendo, pues nunca ha tenido tiempo para gastarlo como él quiera, tiene miedo de echar todo a perder.

 

6.-Compararlo con las características negativas de alguno de los progenitores.

 

Con esta frase, solo dejas entre dicho que la relación mamá- papá no va del todo bien, pues algo que hizo el menor, de inmediato te llevo a dicha comparación.

 

No es sano que el niño tenga la impresión de que los problemas que hay en la relación. Es mejor tratar de quitar esas manías de una manera menos negativa, las comparaciones no suelen ser buena

 

7.-Dotarlo con adjetivos calificativos, como tonto, feo o débil.

 

El menú de la casa, no siempre es del agrado de los niños, pero el decirles “si no te comes las verduras serás tonto y jamás serás alto”, este tipo de frases solo manipulas sus ideas con mucha ventaja, pues sembrarás en el niño miedos y a la larga, desórdenes alimenticios.

 

8.-Acusar su mal comportamiento con seres inexistentes.

 

Cuando de nueva cuenta no podemos controlar al niño, y le decimos “Que si no se porta bien le dirá al señor del costal para que venga por él”, es el pase directo a la desconfianza total en el menor, pues las personas a las quemas quiere y admira lo regalarán a alguien que le hará daño solo por no hacer lo que ellos quieren.

 

Nadie nos enseña a ser padres, y los niños no vienen con un instructivo, pero es muy fácil evitar herir sus sentimientos y forjar seguridad en ellos en ese doloroso camino del aprendizaje.

 

Ten mucho cuidado en lo que le dices a tu hijo y en cómo se lo dices, pues muchas veces de eso depende, que su crecimiento sea sano y feliz.

 

Fuente: porquenosemeocurrioantes