Por Rosana Villegas
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Una boleta. El pago de una boleta y de dónde saldría la plata para pagarla habrían originado una violenta discusión entre una joven pareja de Guaymallén, que terminó cuando el hombre le asestó una dura trompada a su esposa. Ella cayó desvanecida y, según contó luego el confeso asesino, él la acostó en la cama a la espera de que volviera en sí, pero eso no ocurrió. Él la creyó muerta y asustado decidió enterrarla debajo de la churrasquera, en el patio. Apelando a su profesión de albañil, luego hizo un contrapiso sobre la sepultura. Después se arrepintió, le contó a una prima y ella avisó a la policía. Sin embargo, cuando los peritos revisaron el cadáver de la mujer de 29 años descubrieron que tenía una bolsa en la cabeza y espuma en la boca, por lo que se especula que pudo ser enterrada viva.
La fatal discusión entre Efraín Peca (30) y su esposa, Sergia Lamas (29), ambos de origen boliviano, comenzó en la noche del jueves, tal como lo adelantó en exclusiva Diario UNO, en la casa que la pareja compartía en calle Chajay al 6132 de Buena Nueva. Al parecer, el enfrentamiento se disparó cuando surgió una boleta impaga, que enfureció al hombre. En medio de la disputa, Peca, fuera de sí, le dio una trompada a su mujer, quien cayó al piso desvanecida.
De acuerdo con su confesión, él creyó que su mujer estaba desmayada por el golpe, por eso la alzó y la llevó hasta la cama. Allí la dejó pasar la noche y se fue a dormir. Inexplicablemente, al día siguiente el hombre salió de la casa con destino a la Ciudad, según dijo con el objetivo de darle de baja a un sistema de televisión por cable. De regreso a su casa comprobó que su mujer estaba en la misma posición en que la había dejado la noche anterior, y al tocarla descubrió que estaba fría.
Todo hace suponer que, sin saber qué hacer, no tuvo mejor idea que enterrar a su mujer. Acostumbrado a los trabajos duros por su profesión de albañil, Peca fue al patio de la casa y cavó un pozo debajo de la churrasquera. Allí, cerca de las 17 del viernes, colocó el cadáver y lo tapó con la misma tierra. Pero eso no lo conformó, y en cuestión de minutos preparó mezcla e hizo un contrapiso sobre la sepultura.
Cuando terminó el trabajo se cambió y decidió visitar a una prima en el barrio Huentata de Rodeo de la Cruz. Allí alguien le habría preguntado por su esposa, y ese fue el detonante para que el albañil se quebrara y contara lo sucedido. Tamaña confesión hizo que su propia prima llamara al 911 y diera cuenta del homicidio.
Los macabros detalles hacían un tanto increíble el relato de la mujer, por lo que se decidió detener al hombre y llevarlo hasta su casa para que mostrara el lugar en el que había enterrado a su mujer.
“El cemento aún estaba fresco cuando llegamos, lo que ya confirmaba su versión. Apenas dimos con el cuerpo, descubrimos que la mujer tenía una bolsa negra que le cubría la cabeza. Al sacarle ese plástico notamos que tenía humedad por dentro y que ella tenía espuma en la boca, lo que nos llevó a especular con que haya sido enterrada viva y que finalmente murió asfixiada, algo que deberá confirmar el forense”, contó uno de los investigadores que estuvo presente cuando se desenterró a la víctima fatal.
El hombre quedó detenido por el homicidio, en tanto los investigadores de la Oficina Fiscal Nº9 de Guaymallén aguardan las pericias del forense para saber cómo murió Sergia Lamas.
Ayer trascendió que el homicida no tenía denuncias policiales de violencia contra su mujer, algo que también confirmaron sus allegados.