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Chocolate amargo: La versión amarga de este alimento es rica en antioxidantes, que pueden reducir riesgos de problemas cardíacos y accidentes cerebrovasculares, magnesio, manganeso, cobre, zinc y fósforo. Su consumo está asociado a la salud de los huesos, hidratación de la piel, disminución de la presión sanguínea, e incluso, al buen funcionamiento cerebral. La recomendación es comer sólo un pedazo pequeño por día, cerca de 7g, y siempre en las versiones con por lo menos contenga un 70 por ciento de cacao.
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enfermedades cardíacas, diabetes y derrames. De igual forma, se dice que tomar cuatro tazas por día ayuda a quemar cerca de 80 calorías.
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Batata o camote: Este alimento es rico en antioxidantes, carbohidratos, fibras, vitaminas, manganeso y potasio.
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Leche orgánica: Fuente de proteínas, calcio y vitamina D, nutriente deficiente en muchas mujeres.
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Cerezas: Los antioxidantes presentes en esta fruta combaten la pérdida de memoria, problemas en el corazón, el colesterol dañino y diabetes.
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Lentejas: Importante fuente de proteínas, fibras y antioxidantes.
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Aguacate: Rico en grasas monoinsaturadas puede ayudar en el mantenimiento o pérdida de peso. Esta fruta también contiene potasio, magnesio, ácido fólico, proteínas y las vitaminas B6, Y y K. Se puede comer una mitad diariamente, según sus necesidades de grasa.
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Kefir (yogur búlgaro, leche kefirada o yogur de pajaritos en Chile): Fuente de proteínas, calcio y probióticos que ayudan en la digestión.
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Tomate: Suministra licopeno al organismo, substancia que protege contra ciertos tipos de cáncer, como el de mama. Además de eso, ayuda a proteger la piel de la acción solar. El tomate contiene también polifenoles, que ayudan a mantener las arterias libres.
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Huevos: Ricos en proteína, vitamina D y A y colina, una importante substancia para la buena salud de las células cerebrales.
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Espinaca: Estas hojas verdes son ricas en vitaminas A, C y K y también en luteína, importante para la buena salud de los ojos.
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Brócoli: La lista de beneficios de este vegetal es extensa, pues es rico en vitaminas C y A, fibra, ácido fólico, calcio, hierro, potasio y además contiene sólo 30 calorías por porción. Hay investigaciones que asocian el consumo de brócoli con la reducción de riesgo de cáncer, ya que el alimento disminuye el exceso de progesterona en el cuerpo femenino.
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Carne: Es benéfica para el sistema inmunológico debido a las cantidades de zinc que contiene, además puede combatir o evitar el cansancio y la anemia debido al hierro que posee.
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Pasas: Fibra, hierro y vitamina C son algunas de las substancias encontradas en la versión seca de las uvas, que es una buena fuente de carbohidratos y proporciona mayor energía al cuerpo.
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Yogur griego: La versión más espesa y cremosa de los yogures ofrece una buena dosis de calcio, casi un cuarto de la necesidad diaria para las mujeres. El yogur griego también contiene más proteínas que las otras versiones de este lácteo.
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Quinoa: Excelente fuente de proteína, minerales como cobre, fósforo, hierro, manganeso y magnesio, que puede controlar los síntomas del síndrome premenstrual.
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Arándano: Es denominado por los médicos como un alimento que combate el envejecimiento. Previene la pérdida de memoria, mejora la coordinación motora y puede ayudar a controlar la presión arterial. Sus propiedades antioxidantes también juegan un papel en la prevención a las arrugas. Una taza de estas frutas frescas contiene cerca de 80 calorías. Y la recomendación de consumo es de media hasta una taza entera, diariamente.
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Salmón: Este pez suministra omega 3 al organismo, substancia asociada a la buena salud del corazón. Uno de los ácidos grasos contenidos en el alimento es el ácido docosahexaenoico, fundamental durante la gestación, por ejemplo. Omega 3 también está asociado al buen humor, combate de la depresión; protección contra enfermedades degenerativas, como el Alzheimer, y al combate al cáncer. El salmón contiene vitamina D. Según la American Heart Association, es recomendado el consumo de dos porciones semanales.
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Frijoles rojos: Son ricos en antioxidantes y están llenos de proteínas, ácido fólico, minerales y fibras que ayudan el cuerpo a quemar grasa. Además, proporcionan sensación de saciedad y controlan la cantidad de azúcares en la sangre. La recomendación es ingerir tres tazas por semana.
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Kiwi: Una pieza de esta fruta ofrece 70 ml de vitamina C, es decir, casi el total de la recomendación diaria, que es de 75 ml. Es benéfico para los ojos y colabora en la salud cardíaca.
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Semillas de calabaza: Son buena fuente de triptófano, que ayuda a mejorar el humor y a combatir síntomas de depresión.
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Frambuesa: Esta fruta contiene elagitanina, una antioxidante que ayuda en el combate del cáncer, además de vitamina K que mantiene la buena densidad ósea, y mucha fibra, aproximadamente 8g por taza.
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Almendras: Ayudan a reducir el colesterol malo y pueden ser buenas aliadas en la pérdida de peso. Un estudio demostró que las personas que incluían almendras en su dieta tuvieron más éxito en la eliminación de kilos y después consiguieron mantener el resultado con más facilidad.
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Setas u hongos: Cualquier variedad debe formar parte de cualquier dieta. Pero según un estudio de la Universidad Estatal de Pennsylvania, las versiones crimini y portobelo son las más ricas en antioxidantes.
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Nueces: Ingerir una porción diaria ayuda a bajar el colesterol dañino, aumenta la capacidad cerebral, ayuda a mejorar el sueño, combate el estrés, previene enfermedades cardíacas y el cáncer. Son ricas en proteínas, fibras, vitaminas, minerales y omega 3. La recomendación es ingerir seis nueces por día.
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Acelga: Estas hojas verdes ayudan a mantener un buen funcionamiento cerebral. Esto porque el vegetal es rico en vitamina B, que ayuda a reducir los riesgos de problemas cognitivos. También contiene vitamina E y ácido fólico.
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Soya: Importante fuente de proteína vegetal, cuyo consumo está asociado al combate al cáncer de mama y la osteoporosis después de la menopausia.
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Avena: Estos granos tienen un importante papel en el control del colesterol malo y también en el control de peso, ya que producen la sensación de saciedad debido a la presencia de fibras solubles e insolubles. La avena puede ser usada en la preparación de diversos platos, como bizcochos, sopas o espolvoreada sobre frutas y otros alimentos.