"Seguramente habrá algunas fallas, que se profundizaron en el desarrollo de esta competencia. Pero esto es parte del fútbol. Encontramos un equipo muy rápido en las transiciones y un Mbappé que tuvo una noche increíble. Habrá algunos parámetros del análisis donde se podrán ver cuáles son las cosas que hay que mejorar. Preparamos los partidos con mucho criterio", sostuvo. Y se refirió a las decisiones grupales compartidas.
"La gestión en el campo es de los jugadores. La de la planificación y proyectar el partido es del entrenador. Es algo compartido entre ambas partes. Y no es excusa darle la responsabilidad al tiempo de la preparación. Imaginábamos llegar más lejos de lo que se llegó", aseguró. Y fue más allá: "Esto no es un fracaso, es una frustración. No es el ideal que hubiera querido como entrenador sobre el funcionamiento del equipo. Pero hay que achacarlo al corto tiempo de trabajo que tuvimos".
Sampaoli asumió en junio del año pasado, luego del breve paso de Edgardo Bauza. Se creyó, luego de la dramática clasificación en Quito ante un juvenil equipo de Ecuador -3 a 1, con goles de Lionel Messi-, que su impronta iba a llegar con la continuidad. El DT viajó varias veces a Europa, el crack le abrió las puertas de su casa en Barcelona y ensayó diversas tácticas: hasta dispuso prácticas con dos defensores. Su teoría -verticalidad, presión asfixiante, vértigo audaz-, sellos de su versión en el seleccionado de Chile, casi nunca se exhibieron en un equipo abrumado, en los últimos años, por las tres finales perdidas. Tampoco tuvo un diagnóstico certero desde la psicología. En resumen, estos fueron los siete pecados capitales del entrenador desde que llegó a Rusia:
1) Falta de liderazgo. El técnico es el capitán del barco. Debe crear armonía grupal y las bases de un equipo que defina una identidad. Casi nunca lo logró, los jugadores no le creyeron.
2) El cuerpo técnico. Las supuestas diferencias con Sebastián Beccacece , su colaborador principal, agigantaron las grietas en las relaciones. No estuvo claro quién era la autoridad principal.
3) El peso de los jugadores. La ascendencia de Leo Messi y Javier Mascherano fue evidente, dentro y fuera del campo de juego. Las estrategias fueron compartidas.
4) Los volantazos. Nunca repitió el equipo ni el esquema. Los cambios drásticos suelen confundir.
5) El falso 9. La posición de Messi fue su último gran desacierto. El crack, que pocas veces brilló en el seleccionado, tuvo su peor versión con Sampaoli como DT.
6) El jugador número 23. Enzo Pérez estaba de vacaciones, descartado a último momento. Por la lesión de Manuel Lanzini, fue llamado y terminó como titular.
7) La táctica. El equipo no tuvo un plan claro, defendió mal y atacó peor.