Si bien no trascendió la identidad de la maestra se supo que declaró y para defenderse argumentó que era un método pedagógico. La estremecedora situación fue filmada por Emanuel Trigo, un joven celador del jardín, en los comienzos del ciclo lectivo del año 2012 pero recién la dio a conocer el 2 de agosto pasado en su Facebook. En esa ocasión colgó el video escribiendo en el muro que lo hacía porque estaba harto de la persecución que había sufrido de la Dirección General de Escuelas por tener este material en su poder recalcando: “Esta maestra que encierra como un perro a esta criatura, la filmé con mi celular y varias maestras de ese jardín estaban presentes”. El hecho contra el menor fue registrado en el Jardín Exclusivo 0028 del barrio Batalla del Pilar. Allí, el joven celador usó su teléfono celular para grabar a la maestra sin que ella lo advirtiera, cuando encerraba a un pequeño, trabando con los picaportes las dos puertas de dos aulas contiguas formando un triángulo en cuyo interior estaba el chiquito. En la imagen se puede ver que tras la maniobra, la docente se aleja despreocupada y apática mientras que el celador va con su teléfono filmando hacia las puertas, las destraba y enfoca a un niño de 4 años llorando, alumno del jardín, quién es liberado por él. El joven Trigo denunció el hecho a la directora de la escuela y la supervisora y les insistió que él había visto en varias ocasiones que este método era práctica común en el jardín de infantes.
La maestra admitió el castigo En una entrevista el 3 de agosto pasado en www.diariouno.com.ar, el celador Emanuel Trigo afirmó contundente: “Vi varias veces a la maestra encerrar niños”. Su aseveración fue confirmada por la mismísima docente imputada que al declarar habría reconocido que aplicó esa metodología con varios niños y argumentando en su defensa que se trataba de un método pedagógico conocido como tiempo fuera. En la fiscalía no pudieron evitar asombrarse por la naturalidad con que la mujer admitió que encerraba a los menores entre las puertas, dando la impresión que para ella era una práctica normal y hasta supuestamente pedagógica. Cumplido el trámite de la imputación, y con el video y la declaración del celador en su poder, la fiscalía buscará completar pericias y acumular pruebas adicionales para sostener la acusación de un caso que en los tribunales es atípico y puede sentar un precedente.
Fuente: Diario Uno