El departamento Juan Felipe Ibarra de la provincia de Santiago del Estero, resultó el epicentro de una investigación que hoy quita el sueño a la Justicia.
"
El departamento Juan Felipe Ibarra de la provincia de Santiago del Estero, resultó el epicentro de una investigación que hoy quita el sueño a la Justicia.
Según la causa, durante tres años, el padrastro y seis hermanos de este, se turnaron para violar a dos nenas menores. Los aspectos más decadentes de la pesadilla vivida por las dos hermanas acaban de ser ventilados a la fiscal Andrea Juárez y la jueza de Género, Norma Elizabeth Morán. Sin titubearlo, partieron órdenes de detención para el padrastro, tres hermanos y para su concubina.
Hasta el momento, se sabe que el padrastro las vejaba y las entregaba a sus hermanos. Por años, las chicas se convirtieron en esclavas sexuales y objetos de vejámenes individuales y grupales.
Este martes, cinco personajes fueron detenidos y aún faltan dos hermanos, quienes tienen las "horas contadas". Investigan si hubo más hombres involucrados. Mientras, ayer comenzaron pericias psicológicas al grupo detenido, caracterizado por nulo arrepentimiento y un evidente culto a la promiscuidad sin distinción de sexo o parentesco.
Allí radica lo crucial. Hay una corriente judicial resuelta en avanzar hasta lo profundo y desentrañar las "camas" ocultas, acalladas por un pacto de silencio colectivo.
Ésta deslizó que no eran las hermanas únicas víctimas de la voracidad sexual de los hermanos, sino que se sospecha de otras medias hermanas, también blanco de todos los excesos carnales.
En procura de atacar la historia en todos los frentes, Juárez dispondría ADN para todas las mujeres.
(Fuente: Contexto Tucumán)