"Las expectativas se mantienen hasta el último momento. Hasta que no saquemos el último ladrillo, siempre vamos a tener expectativas de encontrar gente con vida. Para eso somos un grupo de rescate y la esperanza siempre se tiene", afirmó hoy el comisario de la Policía Federal Angel Poidomani, a cargo de uno de los grupos de rescatistas que trabajan en Salta al 2100.
En declaraciones periodísticas, el bombero destacó el trabajo coordinado con zapadores y voluntarios de Rosario y otras fuerzas locales "en el segundo subsuelo". "El trabajo en el lugar es quirúrgico y lleva mucho tiempo. Es un esfuerzo muy grande y la tarea es muy delicada. Este es un panorama parecido o similar al que vivimos en la Embajada de Israel o en la Amia", sostuvo el rescatista.
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Poidomani contó el grupo a su cargo trabaja con una sonda de fibra óptima que tiene un alcance de cinco metros, con una cámara video y una lámpara LED de iluminación y otra con un dispositivo para captar sonido y movimiento. El comisario fue cauto al evaluar los resultados. "Cuando se trabaja con estos equipos hay que filtrar los ruidos porque hay mucha contaminación. El aparato y los perros pueden marcar algo y después de varias horas de trabajo no se llega a nada", agregó.
"Aún no pudimos acceder al lugar que nos podría dar alguna certezas de que podría haber alguna persona. Son nueve pisos de un edificio que quedaron compactos en cinco o seis metros de altura. Acceder hasta el centro de ese montículo es muy difícil", añadió.
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