"Quiero detenerme y saludar de manera especial a los miembros del pueblo mapuche, así como también a los demás pueblos originarios que viven en estas tierras australes: rapanui, aymara, quechua y atacameños, y tantos otros", continuó.
Y agregó: "Esta celebración la ofrecemos por todos los que sufrieron y murieron, y por los que cada día llevan sobre sus espaldas el peso de tantas injusticias".
"Arauca tiene una pena que no la puedo callar. Son injusticias de siglos. Celebramos la misa en este aeródromo, en el cual tuvieron lugar graves violaciones de derechos humanos", destacó.
Luego habló de la importancia de la unidad y de la diferencia entre unidad y uniformidad. "No permitas que nos gane el enfrentamiento y la división. Hay que pedir con insistencia por el bien de nuestra tierra y de sus hijos. Una de las principales tentaciones por enfrentar es confundir unidad con uniformidad".
"La unidad pedida por Jesús reconoce lo que cada pueblo está destinado a aportar en esta bendita tierra. Necesitamos de la riqueza que cada pueblo tenga para aportar y dejar la lógica de creer que existen culturas superiores e inferiores. La unidad reclama que nos escuchemos y principalmente que nos reconozcamos", concluyó.