Unos 37 años antes de que dijese “And de winner is...” como frase previa al anuncio de que La Historia Oficial había ganado el Oscar a la Mejor Película Extranjera, el filme que ella protagonizaba y que la consagró como una de las mejores actrices del mundo, Norma Aleandro fue una adolescente tímida que soñaba con ser actriz y quiso tirarse al río por una frustración.
¿Qué la frustró tanto? Ni más sin menos que le dijeron que no servía como actriz. Y no se lo dijo cualquier persona sino una profesora francesa, Simone Garmá, a quien Norma admiraba y había llegado a la Argentina para enseñar su método sobre improvisación. Cuando fue el momento de la evaluación, Simone la dejó de lado y le dijo que no servía.
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Norma Aleandro cumple 87 años aunque recuerda esa anécdota como si fuese hoy. “Ella me fascinaba. En un momento fue dando temas para improvisar y yo me iba sentando más y más atrás. Tenía pánico. Pero tuve que subir al escenario, con otros compañeros”, relató quien por La Historia Oficial ganó el premio como Mejor Actriz en el Festival de Cannes 1985.
Pero la otra historia, la que sucedió a fines de la década de 1940, casi termina en tragedia por voluntad propia: “El ejercicio consistía en hacer de cuenta que el escenario era un puente y nosotros escapábamos de una guerra. Podíamos correr, caer heridos o morir. ¿Y qué quiere un actor? ¡Morirse en escena! Y ahí fui yo, a morirme. Después de que Garmá me dio su devolución, salí llorando, fui al río, quise suicidarme. Pero no tenía condiciones para matarme”.