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Denunció caso de violencia de género en el edificio donde vive

Ella relató en Instagram el tenso momento que vivió una vecina de su edificio e intercedió llamando a la policía.

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La panelista de "Intrusos" Débora D'Amato hizo un fuerte relato en Instagram de una situación de violencia de género que vivió una vecina de su edificio.
La rubia escuchó los gritos desesperados de la mujer e intervino llamando a la Policía, que se hizo presente rápido en el lugar.

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"Nunca pensé que tendría que involucrarme en una situación tan espantosa pero estoy orgullosa de haberlo hecho. Anoche, empezando la madrugada, mientras escribía en pleno silencio nocturno, los gritos de una vecina que pedía que no le peguen me sacó de eje. No lograba darme cuenta si los gritos venían de arriba o de abajo: me desesperé. Así como estaba, en camisón y descalza, salí al palier del edificio intentando descubrir de qué departamento venían los golpes y los gritos. Ante el silencio de la noche me animé a gritar bien fuerte exigiéndole que la suelte porque estaba llamando a la policía. Mi grito animó a la chica golpeada a gritar más fuerte y a abrir la puerta de su departamento. Grité más fuerte aún y eso hizo que se animaran un par de vecinos más a salir de sus casas y, por suerte, también se involucraron. La historia es más larga... llamamos a la policia, fue detenido. Al menos por un rato: lo suficiente para que la chica, después de temblar como una hoja y de no poder emitir palabras que se entendieran, pudiera sacar sus cosas del departamento y se fuera, post denuncia policial a un hotel", relató D'Amato.

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"Capítulo aparte para la policía de la ciudad (no la Federal) que está poco preparada, sin empatía ni recursos, ni lógica. Cero contención con una chica aterrada a la que llegaron a cuestionarla: preguntaban quien de los dos pagaba el alquiler del depto como si eso influyera en algo. La chica tuvo la "suerte" de tener vecinos firmes que la defendieron y que cuestionaron el flojo desempeño policial, algo que ayudó bastante. Ella por suerte está mejor, contenida y acompañada por amigos (su familia no está en Argentina) y lejos del violento", agregó.

Y sobre el agresor amplió: "Se llama Erik y es MEDICO clínico del hospital Ramon Mejia. Ella ya no está en el edificio pero lamentablemente el violento sigue entre nosotros, ofendido con quienes accionamos a favor de la chica. Muy hermoso llegar a diario con temor a una represalia de este mal nacido. No me arrepiento de nada: volvería a hacerlo. Orgullosa de que el miedo no me haya paralizado y de mis vecinos que también colaboraron. *Llamamos al 911, al #Same y al 144... Asumo que estarán desbordados pero TODOS flojos".

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Nunca pensé que tendría que involucrarme en una situación tan espantosa pero estoy orgullosa de haberlo hecho. Anoche, empezando la madrugada, mientras escribía en pleno silencio nocturno, los gritos de una vecina que pedía que no le peguen me sacó de eje. No lograba darme cuenta si los gritos venían de arriba o de abajo: me desesperé. Así como estaba, en camisón y descalza, salí al palier del edificio intentando descubrir de qué departamento venían los golpes y los gritos. Ante el silencio de la noche me animé a gritar bien fuerte exigiéndole que la suelte porque estaba llamando a la policía. Mi grito animó a la chica golpeada a gritar más fuerte y a abrir la puerta de su departamento. Grité más fuerte aún y eso hizo que se animaran un par de vecinos más a salir de sus casas y, por suerte, también se involucraron. La historia es más larga... llamamos a la policia, fue detenido. Al menos por un rato: lo suficiente para que la chica, después de temblar como una hoja y de no poder emitir palabras que se entendieran, pudiera sacar sus cosas del departamento y se fuera, post denuncia policial a un hotel. Capítulo aparte para la policía de la ciudad (no la Federal) que está poco preparada, sin empatía ni recursos, ni lógica. Cero contención con una chica aterrada a la q llegaron a cuestionarla: preguntaban quien de los dos pagaba el alquiler del depto como si eso influyera en algo. La chica tuvo la "suerte" de tener vecinos firmes que la defendieron y que cuestionaron el flojo desempeño policial, algo que ayudó bastante. Ella por suerte está mejor, contenida y acompañada por amigos (su familia no está en Argentina) y lejos del violento. Se llama Erik y es MEDICO clínico del hospital Ramon Mejia. Ella ya no está en el edificio pero lamentablemente el violento sigue entre nosotros, ofendido con quienes accionamos a favor de la chica. Muy hermoso llegar a diario con temor a una represalia de este mal nacido. No me arrepiento de nada: volvería a hacerlo. Orgullosa de que el miedo no me haya paralizado y de mis vecinos que también colaboraron. *Llamamos al 911, al #Same y al 144... Asumo que estarán desbordados pero TODOS flojos.

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