Tigre, que por primera vez en su historia define un certamen continental, visitará este miércoles a San Pablo de Brasil, ex tricampeón de América y del mundo, en la revancha de la final de la 11ª edición de la Copa Sudamericana.
El encuentro se disputará desde las 20.50 (de Argentina) en el estadio Morumbí, con el arbitraje del chileno Enrique Ossés. Este es el desquite del encuentro de ida, jugado en la Bombonera, donde ambos conjuntos no se sacaron ventajas y empataron 0-0.
La empresa de Tigre no será fácil, ya que disputará una final en una cancha con capacidad para 66.000 espectadores, de los que sólo un poco más de un millar lo alentarán en el cotejo más importante de su historia futbolística.
Además, se mide ante un grande de Sudamérica que ostenta 10 títulos internacionales: fue campeón de América (3 veces), campeón del mundo (3) y ganador de una Supercopa, una Recopa, una Conmebol y una Copa Master Conmebol.
Esta es la gran parada de Tigre, luego de un pobre nivel en el torneo Inicial (con dos partidos pendientes ante Independiente y Quilmes), con un promedio que “adelgazó” por la mala campaña en el certamen.
San Pablo finalizó cuarto en el torneo Brasileirao y se clasificó a la Copa Libertadores, pero a 11 unidades del campeón,Fluminense, por lo cual ganar esta Copa Sudamericana por primera vez en su historia sería un buen cierre del año.
San Pablo llegó a la final tras eliminar a Bahía (Brasil), Liga de Loja (Ecuador), Universidad de Chile y Universidad Católica, mientras que Tigre dejó en el camino a Argentinos Juniors, Deportivo Quito (Ecuador), Cerro Porteño (Paraguay) y Millonarios (Colombia).
