El regreso de los ángeles a la capilla María Auxiliadora en Don Bosco

Hace un par de semanas fueron retiradas de la casa de Gisela Langer de Foroni, la docente y artista plástica que los encontró en Córdoba, los compró, los restauró y los mantuvo en el living de su casa hasta que alguien entendiera que debían volver al altar. Las imágenes fueron vendidas hace cinco años cuando se iniciaron los trabajos de restauración de la Capilla de María Auxiliadora y eso generó la reacción de la comunidad. Esa acción,  violatoria del artículo 1190, Titulo IV del Derecho Canónico; que prohíbe la venta de imágenes sagradas; fue duramente criticada en el año 2007 y pese a los ruegos, nunca nadie quiso dar marcha atrás con la  medida. Fueron los fieles, quienes se ocuparon de que volvieran a San Juan: Las imágenes, para sorpresa de todos, habían sido vendidas a una comunidad Salesiana en la provincia de Córdoba.

El incansable pedido de los ex alumnos, docentes y fieles devotos hizo que finalmente la decisión esperada fuera tomada. El cura Director prometió: “Los ángeles volverán y serán colocados en un lugar  digno”. Vaya detalle: ¿Qué significado tiene la palabra digno para el padre Director? No necesariamente su valoración coincida con el resto de quienes esperan que vuelvan al altar central. De hecho fue así. 

Los ángeles fueron colocados en la Capilla del sufragio; un pequeño espacio de oración ubicado en el sector derecho de la iglesia central, donde no se ven al público y solo pueden apreciarse de lunes a  viernes en horas de la tarde, siempre y cuando la gente decida ingresar a ese pequeño habitáculo, de lo contrario pasan totalmente desapercibidos.

Pasaron 5 años para que se reviera la medida y volvieran los ángeles al Colegio. Es un gran logro que ahora estén en el lugar de donde nunca debieron salir porque eso demuestra que la historia vivida desde 1937 ha sido respetada, valorada y principalmente reconocida. Quienes no vivieron y no recibieron el legado de nuestra historia, quizás, puedan no entender el significado que tiene este reclamo que se enmarca en una comunidad que perdió gran parte de su patrimonio en el terremoto de 1944.

De nada sirve la confrontación de los sectores que defienden la gestión que los vendió y los que hoy los piden. No se trata de ver quién gana en la pulseada por conseguir objetivos; solo pretendemos que se aplique el sentido común para que el lugar “digno” sea del consenso de todos. La comunidad está profundamente agradecida por la actitud del padre Orlando Sánchez y por la decisión de recuperar los ángeles, fue un gesto de muy buena voluntad y permitió demostrar su actitud de humildad al no empacarse en una decisión tomada.

Los grandes hombres son aquellos capaces de dar vuelta o cambiar la historia sin mirar apetencias personales y siempre en la búsqueda del bien común y eso fue lo que imperó en su  accionar. Vale reflexionar también que las estatuas no volvieron al lugar requerido y aunque todo espacio de oración no debe ser menoscabado por sus dimensiones o el grado de exposición al público; tal vez pueda ser reconsiderada la ubicación.

El camino del diálogo será siempre el que impere para la concreción de metas, no fue en vano el esfuerzo y el camino trazado por hombres y mujeres que de manera tenaz a lo largo de este lustro permitieron que los “ángeles” volvieran al Colegio Don Bosco.

No hay que bajar los brazos, el primer objetivo se consiguió y ahora habrá que hacer un nuevo lineamiento de estrategias para lograr el segundo: que los ángeles vuelvan al altar principal. Estamos seguros  que ese día llegará, la alegría será completa y podremos tener una iglesia parecida a la que los sanjuaninos veneramos desde hace mas de 70 años.