Julieta Álvarez Arcaya
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Julieta Álvarez Arcaya
En alerta
Tal como lo informara el viernes el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, la santafesina comentó que cientos de máquinas de nieve y camiones para esparcir la sal trabajaron durante toda la tormenta.“Los camiones que tiran sal pasaron constantemente, los camiones con las palas pasaron al menos cuatro veces durante la noche. Estaban muy preparados para lo peor”, señaló. —¿Cómo se enteraron de lo que estaba ocurriendo o de lo que podía ocurrir?—Los noticieros te informan permanentemente, desde las escuelas envían mails y mensajes de texto y además nos enteramos por el boca en boca. El sistema meteorológico aquí es muy bueno y cuando avisan lo que se viene te informan exactamente cuánta lluvia o nieve va a caer y a qué hora. Ocurre tal cual te lo dicen. Por eso sabíamos lo que iba a pasar de antemano. —Entonces allí no hubo inconvenientes...—No, aquí la gente es muy precavida. Todos los trabajos cerraron antes y a las 15 casi todos estaban en sus casas. El único temor como te dije, era que se corte la luz, por las bajas temperaturas. —¿Hubo desabastecimiento?—La gente quedó muy sugestionada como te decía. La mayoría cargó nafta en sus autos y se abastecieron en los supermercados. Se prepararon para lo mismo, para lo peor. —¿Te trajo recuerdos de lo que vivieron durante el huracán?—No. Eso sí fue terrible, nos acabábamos de mudar y no teníamos idea de qué tan grande iba a ser. La verdad que eso fue horrible. Estuvimos ocho días sin luz. Por suerte en mi casa sólo se volaron unas tejas del techo pero la ciudad estaba totalmente parada, no había luz en ningún lado, no podíamos salir y hasta tuvimos que pasar una noche en un refugio. Tampoco había comida. Fue realmente terrible. Pero esta vez se temía sobre todo a los cortes de luz por las bajas temperaturas. —¿Cómo se adapta una santafesina a esas temperaturas, más allá de estos fenómenos extremos?—Es tal cual el relato de Daddy (Brieva) cuando cuenta de su primo que vive en Canadá (risas). Primero llegamos y nos encantaron los ciervos y después los odiás, lo mismo con el frío y la nieve. Y peor después de hablar con toda mi familia de Santa Fe que nos cuentan que se están yendo a la pileta porque están muertos de calor (risas). Por más allá de eso estamos muy bien, estamos contentos. Vivimos en Estados Unidos desde hace cuatro años y medio, antes habíamos estamos tres años y medio en Barcelona y nos van trasladando por el trabajo de mi esposo. Esto de mudarnos de un lado a otro está bueno porque conoces gente y otras culturas.