La mujer que inició su emprendimiento hace 10 años y que visita alrededor de 100 mujeres por fin de semana a través de su evento denominado "tupper sex", dijo que el problema que predomina en las mujeres sanjuaninas con las que habla es que aún no conocen el tamaño de su vagina, por lo tanto, tampoco saben el tamaño de algún juguete que les gustaría comprar. En referencia a esto explicó que hay temores o pudores a conocerse más íntimamente.
Por otra parte, en referencia a los gustos que predominan en su negocio, resaltó que cada dos geles vaginales, hay cinco anales que venden y contó que más allá de que en San Juan, aun cuesta hablar del sexo en cuestiones públicas en la privacidad hay un poco de mayor exploración. "La sexualidad se habla desde el chiste y no desde la naturalidad. Desde que trabajo en esto aún hay una transición. Por ejemplo, te vas a Mendoza y el tema con el sex shop es otra apertura", añadió.
El 20% de las mujeres argentinas son anorgásmicas, es decir que no alcanzan el orgasmo o rara vez lo hacen y una de las causas productoras de la disfunción es el desconocimiento de su zona erógena además de reprimir las sensaciones placenteras que provienen de ella. Dicho conocimiento del cuerpo erógeno se adquiere por la autoexploración, la masturbación y la predisposición a querer saber y entregarse al placer, según advierten los expertos.
Por su parte, son pocos los hombres que se permiten explorar sus propias sensaciones corporales, no fálicas, o pedirles a sus parejas que los estimulen de un modo no convencional. "El pensamiento dicotómico -continuó- atraviesa la valoración erótica; algo está bien o está mal; hay placer o displacer; y se cumple o se falla. La mente disocia en opuestos cuando el cuerpo obturado por el registro normativo no es obediente", explicó una sexóloga a nivel nacional.