"No es milagro, es trabajo, mucho trabajo", dijo la jovencita italoargentina Camila Giorgi tras su victoria ante la danesa y sexta favorita Caroline Wozniacki, que la catapultó hasta octavos de final del
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Aunque confiesa que es la primera vez que juega "ante tanta gente y en un estadio tan grande, tan histórico", la rubia de 21 años y padres argentinos, jugó como una veterana para vencer a
Wozniacki 4-6, 6-4, 6-3 y sellar su segundo pasaje a cuarta ronda de un Gran Slam.Si en la cancha la italoargentina, nacida en Macerata, estaba dando un recital a su más avezada rival, en las gradas su padre Sergio Giorgi, veterano de la guerra de la Malvinas, daba otro espectáculo gratis por sus gestos y saltos de alegría cada vez que su retoño marcaba un punto camino a la victoria.
Al terminar el partido, el padre Giorgi casi se lanzó de cabeza gradas abajo para pescar a su hija en medio de las felicitaciones de los aficionados, y lo primero que le dijo fue: "¡Grande flaca!".
"A los 5 años le puse una raqueta en las manos para que se entretuviera, y desde entonces la piba no la ha soltado. Es que mi flaca es mucha flaca", dijo Sergio en un aparte con la AFP.
A fin de desarrollar la carrera de su hija, Sergio ha caminado medio mundo y vivido "en un montón de países", siempre buscando nuevas experiencias y nuevos aires.
"Los primeros cinco años de Camila los vivimos en Italia, después estuvimos cuatro años en España, cinco en Francia, tres en Miami y hace un tiempo nos regresamos de vuelta a Italia. Un montón de países", asegura Sergio Giorgi.
AFP-NA