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Después de discutir con su mujer un hombre se estrelló en su auto

Jorge Giorgio (26) discutió con su mujer mientras viajaban en el auto, luego ella se bajó del rodado. Él le pidió que lo despidiera de sus hijos y siguió manejando. Lo hallaron muerto a unos kilómetros. Sucedió en Mendoza.

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Rosana Villegas

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“¡Decile a mis hijos que los quiero!”, habría sido la última frase que escuchó la mujer de Jorge Giorgio cuando se bajó del auto de su marido. Ambos habían tenido una discusión cuando regresaban de la localida mendocina de Villavicencio, en Las Heras. Caminando sola por la ruta 52, la mujer llamó al 911 y pidió que alguien la auxiliara porque su esposo la había dejado allí y había continuado manejando el auto. Fueron esos policías que acudieron a ayudarla quienes descubrieron que el esposo, un soldado voluntario de 26 años, se había estrellado contra un paredón en el ingreso a la cementera Minetti. Investigan si se trató de un suicidio, ya que no quedaron marcas de frenado en el lugar y tampoco habría participado otro auto.

La noche del miércoles, Jorge Giorgio Bustos (26), soldado voluntario de la IV Brigada Aérea, y su pareja, Gimena Luiscola Sosa (28), agente penitenciaria, habían decidido cenar por la zona de Villavicencio, quizás como una forma de hacer frente a la calurosa jornada.

Al parecer, el conductor habría acompañado la comida con algunas bebidas alcohólicas y cerca de las 3 decidieron regresar.

Habría sido entonces cuando afloraron algunas diferencias en la pareja, justo cuando volvían por la ruta 52. A poco de salir, la mujer le habría recriminado a su pareja que había tomado mucho alcohol y eso disparó una acalorada discusión.

Tanta fue la virulencia del enfrentamiento, que en un momento ella le ordenó que detuviera el auto porque no pensaba continuar en esas condiciones. El hombre frenó y, cuando ella abrió la puerta para bajarse, puso fin a la discusión pidiéndole: “¡Decile a mis hijos que los quiero!”, casi despidiéndose. Y en el acto arrancó a toda velocidad. Al ver que él se alejaba y temiendo que algo pudiera ocurrirle en esa desolada ruta, Luiscola Sosa llamó al 911 para pedir auxilio. En el momento, un móvil policial acudió a ayudarla y decidió trasladarla hasta su domicilio.

Justamente cuando regresaban, los policías se encontraron con el Chevrolet de la pareja de la agente penitenciaria estrellado contra un paredón al ingreso de la cementera Minetti.

El impacto fue tal, que el auto había quedado reducido a un manojo de hierros y dentro del habitáculo quedó aprisionado el conductor.

Esos policías pidieron una ambulancia de urgencia. Cuando llegó la unidad del SEC, los médicos sólo pudieron constatar el deceso del soldado voluntario.

Más tarde, los peritos de Científica que trabajaron en el lugar notaron que antes del impacto fatal no había huellas que indicaran que elconductor hubiera intentado frenar, ni tampoco nada que hiciera suponer que otro vehículo hubiera participado en un probable accidente, por lo que cobraba fuerza la hipótesis del suicidio.

La pareja del joven muerto declaró ayer en la Oficina Fiscal Nº5, en donde se investiga la muerte.