Parecería un futuro distante, pero en realidad ya existe la tecnología para fabricar casas con impresoras 3D, una tecnología que promete transformar a fondo el sector de la construcción en el mundo.
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Hace veinte años el profesor Behrock Khoshnevis de la Universidad Sur de California está trabajando en esta tecnología. “En un año o dos estaremos viendo una creciente utilización de la impresión en tres dimensiones en obras de construcción”, dijo a Yahoo! Finanzas el científico de origen iraní, quien dirige el Centro para la Fabricación Automatizada (CRAFT) en la universidad. Khoshnevis es el creador de una de las empresas líderes en esta nueva tecnología Cotour Crafting.
Las ventajas de imprimir tu casa son de seguridad y de costos. Según el profesor Khoshnevis, la construcción en el mundo es una actividad con serios problemas de seguridad, que cada año cobra la vida de 60.000 personas. La impresión en 3D eliminaría ese problema.
Otro beneficio importante es el de los costos. La construcción es una actividad de mano de obra intensiva. Según Khoshnevis, el beneficio en costos cambiaría según el país, pero en Estados Unidos construir con esta tecnología podría ser entre 60% y 70% más económico que hacerlo con medios y materiales tradicionales.
Parece loco, pero no lo es. Ya existen impresoras 3D para fabricar productos como platos, muebles y repuestos, pero para fabricar una casa se necesita una impresora mucho más grande. Aunque es posible imprimir pieza por pieza en una máquina que cabe en un garaje de dos autos, y que cuesta desde $200.000. También puede trasladarse la máquina hasta el área de construcción e imprimir en el sitio.A cualquier escala, la impresión en 3D funciona así: alguien crea un diseño digital en tres dimensiones y lo envía a una impresora en donde se convierte en algo denominado Código G, que a su vez convierte el diseño 3D en capas muy delgadas.
La impresora contiene los materiales de construcción, que en el caso de estas impresiones a gran escala puede ser plástico, cemento, concreto o cualquier material muy resistente que puede ir de líquido a sólido.
El material se licua o funde dentro de la impresora y luego, capa por capa, se va imprimiendo según el diseño digital en 3D.
Aun falta para que esta tecnología se convierta en la forma estándar de construir, pero ya se han realizado algunos proyectos en el mundo, desde una casa en un canal de Ámsterdam, en Holanda, hasta viviendas en China que se imprimen o construyen en un día.