Estas grasas producen hormonas que ayudan a metabolizar mejor los azúcares y otros lípidos, a diferencia de la grasa abdominal que secreta hormonas de efecto contrario, lo que no quiere decir que las mujeres deban comer de más, ya que el beneficio del trasero grande depende de genética, y no es posible alterarlo con hábitos alimenticios. Otros estudios son los realizados por las universidades de California y Pittsburgh, donde sus investigadores descubrieron que las mujeres con enormes nalgas y anchas caderas, pero cintura pequeña (forma de pera), son más inteligentes que las demás. Los investigadores analizaron datos de 16 mil mujeres, concluyendo que al comparar las medidas de la cadera con la cintura, la proporción ideal resulta de 0.6 y 0.7. El profesor Konstantinos Manolopoulos asegura que las mujeres con más grasa en las nalgas tienen niveles menores de colesterol y glucemia. Ello también favorece los niveles de leptina en el cuerpo femenino, que regula el peso; así como la dinopectina, hormona con efectos anti-inflamatorios, vasculo-protectores y anti-diabéticos. Otros resultados de las investigaciones concluyen que al parecer, los hijos nacidos de madres con caderas más anchas son intelectualmente superiores a los hijos de madres con "pocas caderas". Fuente: panorama