Este ingrediente posee propionato, que se trata de un compuesto que actúa directamente sobre el cerebro para reducir el hambre.
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A 20 voluntarios se les dio la inulina, una fibra dietética, y se les permitió comer tanto como quisieran. Los que recibieron el agregado de propionato comieron un 14% menos de promedio, y tenían mayores concentraciones de las hormonas de reducción del apetito en su sangre.
A continuación, 60 voluntarios con sobrepeso participaron en un estudio de 24 semanas en el que a la mitad se les dio IPE en forma de polvo para añadir a su comida y a la otra mitad se les dio inulina.
Uno de cada 25 voluntarios con IPE que completaron el estudio ganó más del 3% de su peso corporal, en comparación con seis de cada 24 a los que habían dado inulina. Ninguno del grupo IPE ganó más del 5% de su peso corporal, en comparación con cuatro en el grupo de inulina. Después de 24 semanas, el grupo con IPE también tenía menos grasa en el abdomen y el hígado en comparación con el otro grupo.