Vivimos en un ajetreo constante que nos satura de cosas por hacer y es probable que, si no nos organizamos bien, terminemos descuidando algún aspecto importante de nuestras vidas. En este caso, el ejercicio.
Vivimos en un ajetreo constante que nos satura de cosas por hacer y es probable que, si no nos organizamos bien, terminemos descuidando algún aspecto importante de nuestras vidas. En este caso, el ejercicio.
No vamos a justificar las excusas para no entrenar, pero sí podemos entender: ir a la oficina, preparar la comida, atender los correos del trabajo, cuidar de los chicoss, mantener la casa en un estado presentable, estar pendiente de que el auto esté en condiciones, estar informado de lo que ocurre, crecer personalmente y profesionalmente, leer ese libro que hace un tiempo estas esperando que salga, conseguir el último capítulo de Game of Thrones, atender a tu mascota…
Y con todo esto, ¿qué se puede hacer para mantenerse en forma?
1. Tener un plan por escrito
Suena obvio, pero una vez que hayas ubicado en tu horario los momentos en que puedes realizar ejercicio, lo primero que debes hacer es anotarlos, no importa si es en tu agenda, calendario o una hoja de papel. Esto funciona aún mejor si lo escribes en algún lugar que esté a vista de todos en la casa, o al menos en tu cuarto. De esta manera tendrás la presión que te da el tener que rendir cuentas, en vez de poder postergar todo en tu mente.
Anotar las cosas también te da una referencia gráfica inmediata en caso de que alguien intente hacer planes contigo, de esta manera podrás organizarte mejor, en vez de estar pensando “¿qué tengo que hacer a esa hora?”.
2. Tener un plan B
Pauta tus días de entrenamiento con la posibilidad de poder rodarlos sin alterar tu planificación general. De este modo, si debes usar el tiempo programado para el ejercicio en otro compromiso que te tomó desprevenido, podrás usar el resto de la semana y así no perderás la costumbre de entrenar. Por ejemplo, si te ejercitas los lunes y miércoles, puedes pasarlo para los martes y jueves.
Claro, si empiezas a posponer los días de entrenamiento como una costumbre, terminarás donde empezaste y perderás todo el esfuerzo que te sacó del sofá.
3. Aprovecha el tiempo, así sea en sesiones cortas
Los ejercicios que haces en segmentos cortos de tiempo cuentan y pueden ser muy útiles. No te sientas desalentado(a) por el hecho de que tu tiempo es muy limitado y solo cuentes con 10 o 7 diarios.Todos los segmentos de ejercicios que haces durante el día se suman y las porciones cortas de actividad durante el día ayudan a mantener tu energía constante. Inclusive, para las personas con problemas de fatiga crónica o con energía baja, los esfuerzos pequeños durante el día resultan mucho mejor que segmentos de actividad largos.