La ciudad de Los Ángeles ha decidido ponerse a la cabeza del debate sobre el uso de cámaras en el traje de los agentes de policía, a raíz de la muerte del joven negro Michael Brown en Ferguson, Misuri. Un jurado popular descartó presentar cargos contra el policía que disparó a Brown porque los testimonios no eran concluyentes. El caso, que ha provocado protestas por todo Estados Unidos contra la violencia y el racismo policial, ha impulsado el estudio de medidas como instalar cámaras en los trajes.
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Los Ángeles (el departamento es de ámbito municipal y excluye el área metropolitana) tiene 9.800 agentes de policía para 3,9 millones de habitantes. Es el tercer departamento de policía más grande de Estados Unidos, tras Nueva York y Chicago. El plan, presentado este martes por el alcalde y el jefe del cuerpo, es comprar hasta 7.000 cámaras, lo que representa casi el 70% de su plantilla, es decir, prácticamente todos los agentes que estén en la calle. La ciudad contiene algunos de los barrios más peligrosos de EE UU, en el sur de la ciudad, con mayorías negras y latinas. Aunque la situación de criminalidad se ha reducido enormemente en la última década, en Los Ángeles sigue habiendo más de 250 homicidios al año.
“En las calles, las cosas no siempre están claras”, dijo el alcalde de la ciudad, Eric Garcetti, en una rueda de prensa. “Estas cámaras ayudarán a los agentes y al público a saber la verdad, y la verdad es esencial ara la confianza entre el Departamento de Policía y la comunidad, que ha sido un factor clave en reducir el crimen hasta niveles récord”.
El Departamento de Policía de Los Ángeles lleva un año estudiando la iniciativa gracias a un millón y medio de dólares obtenidos de donaciones privadas. Ahora, con los resultados en la mano, el Ayuntamiento ha decidido comprometer parte del presupuesto del año que viene a la adquisición de las cámaras. El plan comenzará con 800 cámaras, las que pueden comprarse con las donaciones privadas hasta ahora, y terminará de completarse cuando entre en efecto el presupuesto del año que viene.
Las primeras 800 cámaras serán asignadas a los policías de los grupos especiales contra bandas en Newton (sur de Los Ángeles) y Mission (norte). El concejal Curren Price dijo en la presentación: “Nuestra comunidad, y en particular la comunidad de color, ha pedido transparencia en todos los niveles de gobierno, y eso incluye la actividad policial. Este programa nos ayuda a dar respuesta a esa demanda, aumentando la confianza en nuestra policía en aquellas comunidades que más lo necesitan. Estoy especialmente satisfecho de ver este programa empezar en mi distrito, una comunidad que ha sufrido en los últimos meses el uso de la fuerza policial”. (El País).