La pequeña, de nueve meses, tenía fiebre y manchas rojas en la piel. Fue atendida por una enfermera llamada Mercedes Vega, quien aseguró que la nena no tenía nada. Como no había paracetamol para darle, la mandó de nuevo a su casa.Pero horas más tarde, Pereyra volvió al centro, aunque ahora con la nena toda brotada, con fiebre que iba en aumento (39 grados) y los ojos en blanco. Vega le respondió "que no estaba en su horario de trabajo" y que la llevara a otro lado.Allí comenzó la odisea para la mujer. Como su marido, David Burghardt, se encontraba trabajando, Pereyra salió a buscar al único remisero del pueblo, pero no estaba en Relmo. También intentó ubicar al intendente, para pedirle que la lleve con su auto a otro médico, pero tampoco lo halló. Por eso decidió salir a la ruta y caminar hasta llegar a Miguel Cané, una localidad cercana. A los diez kilómetros, un camionero la encontró y la llevó a un centro de salud. La beba estaba grave y debió ser trasladada al hospital de Pico, donde se recuperaba favorablemente."Ya tuvimos algunos problemas con esta enfermera porque no quiere darnos la leche para la nena", comentó Burghardt al diario La Reforma. "Sabemos que desde Cané la mandan, pero ella no la entrega y, de hecho, mi mujer tiene que tomarse un remise hasta allá para ir a buscarla. Yo creo que ella discrimina a mi señora porque es paraguaya", denunció el hombre.Burghardt formuló una presentación ante la fiscalía a cargo de Damián Campos para que se determine si la actuación de la enfermera no constituyó un delito.La localidad de Relmo queda a 13 kilómetros al sur de Miguel Cané, por lo que la infortunada mujer llevó en brazos a su beba casi todo el trayecto.fuente: La Capital