Las personas se reunieron en la calle, una vez llegados todos, ingresaron a la institución educativa y las puertas se cerraron para tener un ámbito de intimidad. Según contaron los papás a la salida, se habló de la contención de los chicos, de las familias y de cómo iban a continuar hasta el final del ciclo lectivo.
"Se dijeron unas palabras de aliento a las familias, a los papás de los chicos", contó Juan Carlos, el papá de Joaquín, un alumno que no viajó porque su mamá tuvo un mal presentimiento.
"Él tenía que viajar pero su mamá tenía un mal presentimiento y no lo dejó ir. Las otras mamás le dijeron que si lo económico era un problema, le pagaban el viaje y le insistieron para que lo mandara. Ella se enojó y salió del grupo", contó conmocionado este hombre que se enteró de lo sucedido por la televisión.
El mal clima no importó y un paredón bordó de la escuela fue el pizarrón de un sentido homenaje. En el suelo, familiares, amigos y vecinos de la zona colocaron velas encendidas en honor a Mía Morán y a Delfina del Bianco, las dos nenas de 11 y 12 años que murieron en el accidente. También pidieron por aquellos que estaban internados.
El abrazo a la escuela terminó siendo un abrazo entre ellos, de contención, ya que muchos todavía no logran comprender lo que pasó.
En el muro se podían ver dos papeles: uno con fotos y una cinta negra que marcaba el luto; y el otro con un conmovedor mensaje escrito por la comunidad escolar que decía: "Compañeras, fueron y serán siempre lo mejor que nos pasó... Esos recreos serán únicos, esos saludos, abrazos y sonrisas. Las queremos mucho Mía y Delfina".
Fuente: TN