Concretamente la leptina y la grelina condicionan si, tras adelgazar, nos mantenemos en el nuevo peso o recuperamos parte de los kilos perdidos durante la dieta. Así, si los niveles de la leptina (del griego leptos, que significa delgado) son altos antes de empezar un régimen es más probable que suframos el temido "efecto yo-yo" al volver a comer con normalidad. Simultánemanete, cuanto más bajos son los niveles de grelina, una hormona que despierta la sensación de apetito, mayor es la predisposición a volver a engordar al cesar la dieta.