Algunos, como Godoy Cruz, se quejaron por la cantidad de viajes que deben hacer. Otros, como Lanús, protestó por las tres fechas consecutivas (9, 10 y 11) que debía jugar de visitante.
River, por su parte, recordó que el fixture proponía jugar el Superclásico el 3 de diciembre, apenas un puñado de días después del encuentro de vuelta de la final de la Copa Libertadores.
Una posible solución para el fixture sería permutar la fecha 10 por la 12, y mantener el resto de los partidos tal como estaban.
De cualquier manera, los organismos de seguridad aportaron lo suyo, y aceptaron que una semana más de tiempo para planificar mejor el torneo no les venía mal.
En las próximas horas, la Superliga haría oficial esta postergación. Lo que queda por definirse es si también se correrá una semana el final del torneo, previsto para el fin de semana del 6 de mayo del año próximo, o si decidirán disputar alguna fecha entre semana para compensar el tiempo perdido con esta postergación.