No distingue sexo
“La disminución del metabolismo es igual en hombres y mujeres. Es un proceso natural que se da con los años, del mismo modo que vamos perdiendo la visión clara de los objetos a corta distancia (presbicia) debido a que el cristalino del ojo se vuelve rígido”, comparó por su parte el doctor Víctor Gallo.
Durante la infancia y la adolescencia el metabolismo aumenta porque el organismo necesita crecer, formar y reparar tejidos. Luego, a medida que avanzamos en edad, el metabolismo desciende porque el cuerpo no necesita crecer más y esta energía es utilizada, principalmente, para reparar tejido. Este proceso se inicia alrededor de los 30 años.
A esta edad, además, comienza el descenso de la producción de ciertas hormonas que ayudan a “gastar” o “quemar” grasas como la DHEA, la testosterona y la hormona del crecimiento, lo que contribuye al descenso del metabolismo y a la pérdida de la masa muscular. A partir de los 25 años perdemos entre 300 y 600 gramos de masa muscular cada año, explicaron los especialistas.
“Es decir que hay una relación inversamente proporcional entre el metabolismo y la edad. Cuanto más aumentamos en edad, más disminuye nuestro metabolismo y cuesta más perder peso, aun manteniendo la misma alimentación. Y si bien esto es una situación orgánica normal (que variará de una persona a otra), no implica que todas las personas tengan que sufrir de sobrepeso”, precisa el doctor Gallo.
Antes y después
Antes de los 35 años, los músculos se degradan y el metabolismo se encarga de reponer la pérdida de fibra muscular, (con costo energético). Así se mantiene el tenor muscular con la misma cantidad de fibras, y si se quiere tener más hay que hacer actividad física acorde para aumentar la masa muscular.
Después de los 35 años, la pérdida de fibra muscular diaria no se repone, y por lo tanto no se gasta energía en reponer fibras. Lo que sí se adquiere es grasa, y los músculos disminuyen cada día en fibras. Para reponerlas se necesita hacer mucha actividad física con sobrecarga de peso (hacer pesas) diariamente, que es lo más conveniente después de los 40, aconseja Gallo. En la mujer, se suma otra dificultad después de los 50: la menopausia.
Tips para cuidar tu peso
Para contrarrestar la disminución del metabolismo podés tomar una serie de acciones que te pueden ayudar a encontrar el peso deseado:
Dieta equilibrada
• Realizá una dieta equilibrada, disminuida en calorías, pero no es necesario que sea restrictiva. Está comprobado que las dietas muy restrictivas enlentecen el metabolismo reduciendo el gasto metabólico considerablemente.
Varias comidas
• No saltées comidas, ya que no comer provoca una reducción del gasto calórico. Es mejor comer poca cantidad y varias veces al día, ya que mientras se come se queman calorías. Si el cuerpo recibe combustible (alimentos) cada tres horas, se pondrán en marcha los motores de gasto energético que te permitirán tener un peso ideal.
Tomá agua
• Mantenete bien hidratada tomando dos litros de agua por día. Esto mejora el funcionamiento celular, ya que se eliminan toxinas y residuos.
Movete más
• Realizá actividad física regular, si es posible caminá una hora todos los días. La práctica de ejercicio físico diario acelera el metabolismo, inclusive después de realizarlo. Sin ejercicio físico perderás tonicidad muscular y aumentarás la flaccidez, y esto es peor que un “cuerpo rellenito”.
Desayuná siempre
• En tu casa o en el trabajo cumplí rigurosamente con el desayuno, la primera comida del día. Por ningún motivo lo saltées, ya que es fundamental para iniciar el día con más energía. Un buen desayuno te ayuda a evitar el picoteo y a no comer mucho durante el almuerzo.
Menopausia
• Después de la menopausia la situación es diferente. Recordá que todo el peso que ganes en esta etapa de la vida es difícil perderlo. El plan alimentario -para que te dé resultados- debe restringir al máximo grasas y aceites, y ser rico en calcio, fibras, frutas, verduras y líquidos.
Dejá la balanza
• No vivas pendiente de la balanza porque te podés amargar. Si hacés actividad física en forma regular es posible que aumentés masa muscular y eliminés grasas, pero sin alterar tu peso corporal. Por eso, antes de pesarte es mejor que observés los cambios en tu cuerpo y en la ropa.
Dieta yo-yo
• Subir y bajar de peso con frecuencia (lo que se llama efecto yo-yo) tiene consecuencias devastadoras para las personas. Una alimentación hipocalórica promueve la pérdida de proteínas que forman los músculos, y estimula el efecto rebote que aumenta las grasa y los líquidos.
En el embarazo
• Durante los treinta y pico, las mujeres de hoy están teniendo su último hijo, o si no, recién el primero. Muchas sienten que durante el embarazo pueden comer de todo, y esto se traduce en aumento de peso. ¡Cuidado! Después del parto te costará bajar esos kilos de más.
El “nido vacío”
• En la vida, a veces, cuesta enfrentar los momentos de soledad: el divorcio, la viudez, el casamiento de los hijos. Y es muy común calmar con comida el síndrome del nido vacío. Si es tu caso, tratá de no caer en este error, porque esta conducta te sumará kilos que luego te costará bajar. Fuente: lagaceta