El gobierno anunció una nueva apertura de exportaciones de trigo, esta vez por un millón de toneladas, que por su modalidad a “cuenta gotas” va a tener un efecto nulo sobre el mejor precio que busca el vapuleado productor en esta campaña 2014-2015.
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El productor además de cobrar por tonelada, con suerte, a $950 o $1.000 tiene más miedo de si lo va a vender o no, a lo que se suma la baja calidad panadera de la actual producción: los molinos van a tener que salir a buscar afuera mercadería más adelante.
Sin anuncio previo, el ministerio de Economía difundió un comunicado en el que informó que “autorizó la liberación de un nuevo cupo para exportar un millón de toneladas de trigo, correspondiente a la campaña 2014/2015, a partir del día 1 de enero”.
También reafirmó que ese volumen se sumó al millón y medio liberado en noviembre y ratificó el esquema de “liberación gradual”. “El remanente exportable se irá liberando a medida que se verifiquen los datos de la cosecha, se cumplan efectivamente los embarques de los cupos habilitados y la tendencia de los precios internos de trigo y harina sean consistentes con los objetivos de la política económica”, dijo la cartera que conduce Axel Kicillof.
López, por su parte, evaluó ante NA: “Yo creo que el saldo exportable es más grande, en realidad no va a tener efecto alguno, no va a mejorar el precio, el exportador tiene comprada la mercadería, 3.1 millones de toneladas, porque 300 mil son de harina, va para la industria; 1.2 millón para exportadores grandeso tradicionales y 240 mil para pequeños”.
Estos últimos están nucleados en Capeco, la Cámara de Exportadores de Cereales y Oleaginosas, que lidera el ruralista Ider Peretti, afin al Gobierno.
Con la actual situación, explicó López, “el exportador nunca se va a ocupar de mejorar el precio porque no necesita competir, si ya lo tiene comprado, serviría si hubieran abierto dos millones o dos millones y medio de toneladas”.
“Hoy se paga US$ 137la tonelada de trigo, el equivalente a un precio fob deUS$180 que se podría pagar, pero como no hay demanda, no hay interés. El exportador fue comprando, y el Estado viene atrás, no sé si esto es lo que se busca para que no suban los precios”, dijo. La cuestión es que además el exportador tiene que esperar hasta el año que viene, “por eso no se sabe si el Estado desconoce cuál es el ritmo de comercialización del trigo, el que puede comprar es Brasil, tampoco se sabe si hay interés en mejorar el precio interno y para exportar a largo plazo. Así nadie tiene certidumbre de cuánto se va a exportar”, precisó López.
La semana pasada, en el corazón triguero argentino, en la localidad bonaerense de Tres Arroyos se juntaron unos 400 productores convocados por la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP).
Las críticas no se demoraron, los productores de Tres Arroyos junto con los provenientes de los distritos del sur bonaerense y de otras regiones protestaron por lo que consideran la “nefasta comercialización de trigo”.
Manifestaron que hay una “cartelización a favor de empresas exportadoras y la molienda, que pagan hasta $ 1.000 pesos por tonelada cuando el valor de mercado es $1.500 pesos por tonelada”. “De esta forma se causa un severo perjuicio a los productores y a la economía de la región, lo que se traduce en una falta de ingresos por valor de $1.984 millones, en los 27 principales distritos trigueros de la provincia de Buenos Aires, calculado en base al estudio realizado por técnicos de CARBAP”, sostuvo una publicación de la entidad.
En la asamblea, encabezada por Horacio Salaverri, presidente de la Confederación, fue unánime el pedido de eliminación de retenciones y ROES (permisos de embarque), “ya que estos mecanismos distorsionan el sistema de comercialización y son las principales causas de la cartelización del mercado comprador”.
Luego de tres horas de debate, se decidió evaluar con las otras entidades gremiales agropecuarias el momento para realizar un cese de comercialización de cereales o bien otra medida de acción directa que promueva la modificación de la política necesaria para resolver este grave problema.
En simultáneo, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) dio sus estimaciones de la campaña de trigo a nivel nacional y aseguró que con más de media cosecha de trigo recolectada, “el estado de los lotes que restan, los ajustes en superficie y leves reducciones en el rendimiento permiten sostener la estimación de 12 millones de toneladas para el trigo 2014-2015”.
Los recortes en los rindes, estimó la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa rosarina, obedecieron al estrés térmico, particularmente en Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos.
El área total sembrada del cultivo fue actualizada en 4,41 millones de hectáreas por la adición de 30 mil hectáreas al núcleo sudeste.
Por otra parte, un estudio efectuado por Julio Calzada, jefe del Departamento Económico de la BCR, de acuerdo con información del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) y de Oil World Statistic, de la campaña 2013-2014, consignó la caída en la posición ya que Argentina es el décimo exportador mundial de trigo.
También ubicó al país como décimo tercer productor mundial de este cereal, mientras que exportó en 2013-2014 cerca de 2,2 millones de toneladas de trigo.
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