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Twitter no permitirá la publicidad política en ningún país

El CEO de Twitter, Jack Dorsey, anunció este miércoles que a partir del 22 de noviembre próximo no se podrá hacer publicidad política o de iniciativas vinculadas a temas políticos en la red social en todo el mundo, una decisión que argumentó porque "el alcance de un mensaje político debe ganarse, no comprarse".


"Un mensaje político gana alcance cuando la gente decide seguir una cuenta o dar retuit. Pagar por ese alcance elimina esa decisión, forzando mensajes políticos altamente optimizados y targueteados para el público. Creemos que esta decisión no debe quedar comprometida por el dinero", explicó Dorsey desde su cuenta de Twitter (@jack).

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En una serie de mensajes, el CEO de la red social advirtió que el poder que crea la publicidad en internet "genera peligros importantes para la política ya que puede ser usado para influenciar votaciones que afectan las vidas de millones" de personas.

La manipulación de la publicidad política en internet y, en especial, en las redes sociales ha estado en el centro del debate en Estados Unidos y otros países, como Reino Unido, luego que la prensa revelara cómo la empresa Cambridge Analytica utilizó métodos de micro targueteo y optimización de los mensajes para difundir información falsa o, al menos, tendenciosa.

"Esto avanza con una velocidad y una sofisticación crecientes, y en una escala abrumadora", destacó Dorsey.

Cambridge Analytica utilizó cómo su principal plataforma Facebook y, desde finales de 2017 cuando el escándalo estalló, la red social fundada y dirigida por Mark Zuckerberg quedó en el centro de los cuestionamientos, especialmente en Estados Unidos, donde su plataforma y esta forma de publicidad política fue muy utilizada en la elección presidencial de 2016, que encumbró a Donald Trump.

Precandidatos presidenciales opositores y analistas estadounidenses han advertido sobre la posibilidad que esta manipulación de los datos de los usuarios de Facebook vuelvan a ser utilizados para la difusión masiva de noticias falsas que afecten la campaña presidencial del año próximo, cuando Trump busque su reelección.

Hace una semana, Zuckerberg tuvo que dar explicaciones otra vez en el Congreso estadounidense y enfrentó fuertes cuestionamientos por negarse a chequear la información de las publicidades políticas que publica Facebook.

Zuckerberg argumentó que era una cuestión de "libertad de expresión".

Hoy, Dorsey criticó frontalmente esa postura, aunque sin mencionar a su colega de Silicon Valley.

"Por ejemplo, no es creíble que digamos: 'Estamos trabajando mucho para evitar que las personas manipulen nuestros sistemas para difundir información engañosa, pero si alguien nos paga para targuetear y forzar a las personas a ver nuestros avisos políticos...entonces...¡pueden decir lo que quieran!", escribió y agregó un emoticón sonriente con un guiño de ojo.

Dorsey explicó que consideró prohibir solo los avisos de candidatos electorales, "pero los avisos de iniciativas son una manera de circunvalar" la prohibición.

"Sabemos que somos una parte pequeña de un ecosistema de publicidad política mucho más grande. Algunos podrían argumentar que nuestras acción de hoy podría beneficiar a los que ya tienen cargos públicos. Pero hemos visto cómo muchos movimientos sociales alcanzan una escala masiva sin ninguna publicidad política. Confío en que esto solo crecerá", continuó el CEO.

Dorsey informó que el próximo 15 de noviembre publicará los detalles de esta nueva política de publicidad, adelantó que incluirá excepciones -"como avisos en apoyo al empadronamiento de votantes"- y que comenzará a regir el día 22 de ese mismo mes.

La definición de las excepciones será clave para saber si esta limitación afectará a organizaciones civiles que utilizan las redes sociales para avanzar sus campañas de concientización, por ejemplo, en materia de derechos humanos o el cambio climático.

Al final de su mensaje, Dorsey envió un nuevo mensaje poco velado a Zuckerberg: "Esto no se trata de libertad de expresión. Esto se trata de pagar por conseguir difusión. Y pagar por aumentar el alcance de un discurso político tiene ramificaciones importantes para las que la actual infraestructura democrática podría no estar lista".