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Temor al volante: cómo superar la fobia a manejar el auto

Tomás (33) se aferra al volante. Puede sentir la transpiración en sus manos. También su corazón, que comienza a acelerarse mientras lo invade la sensación de desmayo. No importa lo que pasa afuera, lo único que quiere es irse de ahí.

Sufre de amaxofobia o fobia a manejar. El término viene del griego y refiere al temor a los carruajes. Pero arriba del auto y en el medio del tránsito no hay tiempo para sutilezas: Tomás siente un profundo y angustiante miedo."Es como si el mundo tal cual lo conocés dejara de existir, todo pasa a ser amenazante y te invade una completa sensación de no poder, es desesperante", le cuenta a TN Autos, y concluye: "Lo único que querés es desaparecer".La patología que sufre es la variante más severa de una problemática que afecta a más personas de las que lo aceptan abiertamente: el temor a conducir un automóvil.Los especialistas difieren -según su orientación profesional- en el tratamiento, pero coinciden en algo: más del 80% de quienes poseen fobia a manejar pueden superarla. Si el miedo es sin fobia, el porcentaje es incluso superior.En Argentina no hay estadísticas oficiales sobre fobias, indicaron desde el Ministerio de Salud de la Nación.En la Fundación Fobia Club, institución dedicada a trastornos de ansiedad en la ciudad de Buenos Aires, sobre 7.028 pacientes que recibieron solo el 7% fue por fobias específicas. Es que, advierten, muchos fóbicos nunca realizan ninguna consulta.Dentro de ese 7% la amaxofobia se ubicó segunda, después de la claustrofobia (la más común) y por encima de la aerofobia (miedo a volar). El 73% de las consultas fueron realizadas por mujeres.El miedo como motor

La fobia es un miedo desmedido, desproporcionado e irracional. Puede ser ante un objeto (botones), un lugar (un ascensor), un animal (perro) o una situación, como volar o manejar.La base de su funcionamiento es la evitación, es decir, la persona esquiva eso que teme. El problema, explican los especialistas, es cuando eso se dificulta y empieza a afectar la calidad de vida.Ejemplo: si el miedo es a volar, la persona irá en micro o auto (evitación). Pero si por trabajo o vacaciones quiere viajar a un destino lejano (como Europa) empezarán las complicaciones."No todos los miedos son fobia, es importante diferenciar. Lo que distingue a la fobia es lo irracional y exagerado del miedo", explica Eugenia Etcheverry, psicóloga psicoanalista.Además, detalla, viene acompañada de síntomas como taquicardia, temblores, sudoración, mareo, sensación de desmayo, dolor de estómago, sensación de pérdida de la noción de realidad y de control sobre el propio cuerpo.Para la persona es traumático: quien sufre fobia a manejar en muchos casos no puede ni sacar el auto de la cochera.Cómo superar una fobia

Hay dos grandes formas de entender las causas y el camino para vencer una fobia, y se corresponden con dos corrientes psicológicas: el psicoanálisis y la psicología cognitiva-conductual.El primero estipula que una fobia es "una manera que utiliza la psiquismo para defenderse ante una angustia interna", explicó Etcheverry, psicoanalista. "Lo que hace es desplazar esa angustia interior a un objeto exterior, en este caso manejar", detalló.Desde esta mirada, para sobreponerse el individuo debe descifrar el síntoma, es decir, descubrir qué hay detrás de ese miedo. Eso se logra mediante la palabra en sesiones de terapia.Para la escuela cognitivo-conductual, en cambio, la fobia siempre es aprendida, sostuvo Gustavo Bustamante, presidente de Fundación Fobia Club y doctor en psicología con esa orientación.El terapeuta mencionó tres mecanismos básicos por los que la patología se puede incorporar: situación traumática (lo mordió un perro, fobia a los perros), modelamiento (le hablaron mucho de lo peligrosos que pueden ser) o deducción (pensó demasiado en lo que le puede pasar si lo muerde uno).Desde esta perspectiva, se llega a la cura mediante la exposición durante un tiempo a eso que se teme. En el caso de manejar, podría ser prender el motor, conducir unas pocas cuadras, etc., pero siempre según las necesidades de cada paciente.Estas son las dos grandes formas de afrontar una fobia. Corresponde al profesional de la salud mental consultado determinar cuál es la más conveniente en cada caso. Incluso pueden incluir fármacos.Al psicoanálisis le interesa la causa profunda del miedo y por eso el tratamiento es más extenso, pero -aseguran- sus resultados más duraderos. El conductismo ofrece resultados más rápidos (unas 12 semanas), por lo que su eficacia es mayor al menos en el corto plazo.Ambas corrientes coinciden 100% en dos aspectos: la necesidad de tratar la fobia con un profesional y las elevadas posibilidades de superarla.La máquina y el espacio

Miriam Repollo (44) sacó el registro hace ocho años pero salió pocas veces a la calle: "Pensar en subir al auto y salir a manejar me aterra, me empieza a doler la panza y me sudan las manos. Tengo miedo a la imprudencia del otro".Asegura sentir una mezcla de sentimientos. Por un lado, la "inseguridad", pero por otro la "libertad que implica no depender de nadie". No recurrió a una terapia, pero dice considerarlo.Vilma Azcurra es instructora en su propia escuela enfocada en superar el miedo a manejar. Trabaja con gente fóbica y que no lo es. "El coche se presenta como símbolo de libertad, pero para el que tiene miedo es productor de fantasías siniestras", resume.Su caso es una suerte de síntesis de las dos corrientes psicológicas mencionadas más arriba. Porque ya era instructora cuando decidió estudiar psicología para abordar mejor algunos casos. Ahora, como dice ella, es una psicoanalista que hace conductismo arriba del auto mientras enseña.¿Cómo se le enseña a manejar a una persona que tiene mucho miedo?, le consultó TN Autos.Lo primero es el contacto con la máquina, conocerla al nivel de cualquier otra máquina cotidiana. Entender que hace lo que se le indica, que no tiene vida propia.Lo segundo es el espacio. Lo dejan a 50 cm del cordón porque creen que la parte del acompañante ya está arriba de la vereda. Es una ilusión óptica. En el auto el hombro derecho es más grande. Una vez que se entiende ese espacio ampliado hacia la derecha, la persona empieza a ver algo que no veía hasta ese momento.Lo tercero es insertarse en el espacio con otros. Les explico el uso de los espejos para tener una visión 360°. Cambiarse de carril es una de las cosas más difíciles. Es una ganancia del espacio, del entorno y de la visión que no se tenía antes.Azcurra también destaca como fundamental la empatía del profesional, y recuerda que si bien la mayoría son mujeres, también llegan hombres. "El hombre se avergüenza de decir que no sabe manejar. Por ahí te dicen no me interesa, me tomo un Uber, se arman de otra cosa".La persona, asegura, debe lograr ser insensible a las agresiones o bocinazos de los demás. "La bocina es una opinión que viene de afuera, y al no tener respuesta a uno le parece que siempre hace las cosas mal", reflexiona.Desde su punto de vista, si la persona tiene miedo sin fobia, con voluntad, clases y mucha práctica podrá lograr conducir un auto. Si sufre amaxofobia el camino requiere sí o sí de terapia. "De los que llegan a la escuela con fobia, el 80% logra manejar", afirma.
Por Martín Sacán
Fuente: tn

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